Se llama Aarón, tiene 7 años, y se volvió un esqueleto recubierto por una piel dorada después de tres meses de mucho sol y playa. En su casa se celebra hoy un banquete con empanada, tortilla, jamón, bistés y helado de postre, a la vez que revisarán si cabe todo en la mochila del pequeño. Se han acabado las largas vacaciones. Eternas vacaciones para sus padres que no saben como han conseguido que el pequeño sobreviviese este tiempo.
A partir de mañana las tripas de Aarón dejarán de rugir y ese pellejo moreno en el que se convirtió tras las largas vacaciones empezará a cubrirse de nuevo porque en este tipo de casos, la escuela engorda.
No se trata de lanzar un mensaje pesimista. Sin duda la situación ha mejorado en O Salnés. Las listas del paro demuestran la tendencia positiva y que en agosto eran 7.500 personas las que no habían encontrado un puesto de trabajo, cuando hace cinco años se había rebasado el listón de los 12.000.
Pero el dato es todavía engañoso. La mayor parte de los empleos son precarios tanto por los bajos salarios como por la temporalidad. Con el sueldo de tres o cuatro meses resulta difícil acomodar los gastos de una familia durante todo un año. escolar Aunque es mejor que nada.
En instituciones como Cáritas se siguen entregando cheques para alimentos y ayudas para gastos básicos como luz, agua, calefacción. En el Ayuntamiento, los Servicios Sociales también mantienen los programas de libros, gestión de la Risga, ayuda a domicilio... Pero la apertura de los comedores escolares es el gran balón de oxígeno para muchas familias. Aarón no está entre los 60 excluídos.
Los padres de Aarón son felices porque a su hijo los libros no solo le forman sino que también le sacian el apetito.
Aarón tiene ese derecho. Y las instituciones la obligación de procurarle su bienestar aunque no siempre piensen ni en este ni en otros casos como el suyo cuando malgastan los pocos recursos existentes en proyectos mucho menos razonables.
Mañana es el gran día tras unas largas vacaciones que los políticos han preferido dedicar a asuntos tan poco importantes como el referéndum catalán. Esa es la gran miseria, la puñetera realidad.
