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De vuelta y media

Estampas Pontevedresas

Hipólito de Sa hizo una radiografía magistral de Pontevedra a principios del siglo XX en un libro enciclopédico que cumple 40 años sin perder interés ni vigencia

Hace cuarenta años por estas fechas, Hipólito de Sa Bravo era el hombre más feliz del mundo. Aquel ex franciscano que dejó de serlo por su maltrecha salud, pero que nunca perdió la fe y dedicó su larga vida a la enseñanza, la música y la historia, no cabía en sí de gozo ante la extraordinaria acogida recibida por su libro memorialista Estampas Pontevedresas.

Entonces tenía 70 años y acababa de publicar en A Coruña otra obra bien distinta y más acorde con su producción habitual: Influencias del Camino de Santiago en la Cultura y el Arte de Galicia. Precisamente a los monasterios de Galicia y a las rutas del Románico dedicó la mayor parte de su labor investigadora y de su producción literaria.

Estampas Pontevedresas fue un libro impregnado por un verdadero pontevedresismo, único en su género e irrepetible por su minuciosidad no exenta de sapiencia, además de cercano y ameno hasta decir basta.

Hipólito de Sa reunió en casi 400 páginas buena parte de su intermitente producción como notario mayor de su Pontevedra natal, que conoció, pateó y disfrutó como niño y adolescente durante las dos primeras décadas del siglo XX.

Cuando puso manos a la obra por el incesante empuje de buenos y queridos amigos, Hipólito de Sa revisó a fondo y ordenó con criterio aquellos recuerdos de su niñez, precisos, sentidos e íntimos, que dividió en tres grandes bloques: las calles y plazas del antiguo recinto amurallado, desde O Panterno hasta el Parador, o desde la cuesta de Carrillo hasta la Barrilería; las calles y plazas del exterior del recinto amurallado, desde la Peregrina hasta O Rouco, o desde la calle del Progreso hasta la Galera; y una parte final sobre intimidades y retazos de la vida social en aquellos tiempos.

"Os invito a que me sigáis -escribió en su introducción- en este silencioso deambular por la Pontevedra de hace setenta y cincuenta años (contados desde 1977). No os cansaréis. Vais a sentir el lento rezumar de añejas piedras, que gota a gota dejan caer la noticia, el recuerdo, la anécdota y todo el saber novedoso oculto en los anaqueles del pasado".

A continuación, añadió con tino: " Un pasado que es presente para los que lo hemos vivido, y enseñanza de improvisada lección para los que llegaron a la vida después de haber fenecido el tiempo de los años que son el cronómetro de lo relatado en las presentes páginas." Todo bien cierto.

Estampas Pontevedresas se presentó en sociedad en plenas fiestas de la Peregrina de 1977. El libro acabó de imprimirse el día de Nuestra Señora de Las Nieves, 5 de agosto, según certificaba su última página. Ocho días después tuvo lugar su puesta de largo, o sea el viernes 13, víspera de la V Xuntanza de Amigos de Pontevedra, cuyo padrinazgo se dejó sentir mucho en aquel bullicioso acto.

El Auditorio de la Caja de Ahorros Provincial, entonces el local más concurrido y también más solicitado para actividades culturales, acogió el gran evento y registró un lleno hasta la bandera. A la alta temperatura ambiental se sumó el fuerte calor humano que desprendieron tantos y tantos amigos de Hipólito de Sa, que no quisieron perderse tamaño acontecimiento.

La presentación de la obra correspondió a Fernando Lamas Fernández, justamente reconocido como verdadero artífice de Amigos de Pontevedra, junto a Víctor Mercadillo y Paco Lores. La peculiar entidad va camino del medio siglo y su xuntanza reúne cada vez más comensales en su cita anual, tal y como quedó patente hace escasamente un mes en el último almuerzo.

Lamas habló mucho y bien del libro, y puso por las nubes a su autor, que a punto estuvo de quedarse sin voz para agradecer tantas alabanzas y reconocimientos, desbordado en su modestia hasta asomar alguna lagrimita.

De Sa resumió las múltiples vicisitudes que rodearon la elaboración de una obra enciclopédica de incalculable valor documental, y puso un acento especial en su pontevedresismo vocacional: un libro escrito por un pontevedrés, patrocinado por un colectivo pontevedrés, centrado en temas y vivencias pontevedresas, y editado por una imprenta pontevedresa. Estampas Pontevedresas es todo eso y más.

Aquella emotiva presentación también resultó un tanto atípica por su fuerte impronta musical, quizá como un guiño al trabajo desarrollado por el propio Hipólito en dicho menester. La rondalla Pulso y Púa, Marulo Visonero acompañado al piano por la señora Guisasola, Leopoldo Centeno acompañado al piano por Pachú Sánchez, Diosiño y Paco Silva, tuvieron su protagonismo junto a Hipólito de Sa.

A pesar de tratarse de la presentación de un libro, la parte musical superó con creces el tiempo ocupado por la parte literaria, tanto al principio, como en medio y también al final, cuando una vibrante interpretación del Himno Gallego a cargo de la mentada rondalla echó el cierre a lo grande.

Obviamente, la obra generó muchos comentarios laudatorios al día siguiente durante el almuerzo celebrado por Amigos de Pontevedra. Eso mismo ocurrió durante buena parte del mes de agosto, mientras la venta de Estampas Pontevedresas marchaba viento en popa.

Cuarenta años después, Estampas Pontevedresas no se resiente en absoluto del paso del tiempo. Más bien al contrario, puesto que su carácter enciclopédico cobra aún mayor valor para las nuevas generaciones. El libro resulta materia obligada de conocimiento para PTVS con aspiraciones al título de Pontevedra, cum laude, que instauró el maestro Rafael Landín.

Sin el testimonio impagable de Hipólito de Sa resultaría imposible conocer hoy muchas cosas e investigar otras de aquella vida familiar, urbana y social un siglo atrás.

"...la Pontevedra de ayer, la de hoy y la de mañana -sentenció entonces- son porciones de una rueda que gira impulsada por el tiempo, que tuvo principio y de la misma manera tendrá fin". Amén.

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