De forma recurrente se publica información sobre lo caros que son los combustibles de automoción en Galicia. Los precios medios de gasóleo y gasolina aparecen entre los más elevados de España. De ahí, se infiere la existencia de un problema de falta de competencia y, por tanto, la necesidad de incrementarla, sea mediante controles contra prácticas de colusión, sea mediante el impulso de nuevas aperturas de estaciones de servicio. Precisamente, este es uno de los vectores que aparecen en el anteproyecto de ley que el PPdeG presentó en julio en el Parlamento de Galicia.

Sin duda, promover la competencia en el sector de distribución de carburantes es positivo. En Galicia y en España. Pero quizá deberíamos ser más cautelosos cuando comparamos precios entre autonomías, y concluimos que en Galicia tenemos un problema diferencial. Primero y obvio: hay que tener en cuenta los impuestos autonómicos. Si comparamos los PVP antes de impuestos, el diferencial cae, porque la Xunta de Galicia utiliza su autonomía tributaria en este ámbito más que la media, y eso no tiene que ver nada con el funcionamiento del mercado. En segundo lugar, las estadísticas no tienen en cuenta los descuentos a través de tarjetas de fidelización o el hecho de que los aditivos de los combustibles no son los mismos en todos los casos. Los aditivos suponen un sobrecoste y un producto de más calidad. Pero las estadísticas no discriminan por ello. Finalmente, hay gasolinas que atienden a los clientes y otras que les dejan ejercer de gasolineros; al menos hasta que un día ocurra algo grave y todos nos preguntemos cómo es posible que fuésemos tan poco exigentes en seguridad. De nuevo, las primeras ofrecen mejor servicio y valor añadido a los clientes, pero conllevan mayor coste que, en mayor o menor grado, habrá que repercutir vía precios.

¿En qué medida en Galicia las tarjetas de fidelización se usan más o menos que la media, los combustibles que se venden son de mayor o menor calidad, o existen menos gasolineras desatendidas? Sin respuestas a estas preguntas, yo no pondría la mano en el fuego por la idea de que en Galicia los combustibles son más caros (a igualdad de calidad de producto y servicio y dejando al margen tributos autonómicos) que en el resto de España.

*Director del Foro Económico de Galicia