Faro de Vigo

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Me enteré del regreso del fútbol a nuestras vidas por casualidad, al entrar en un bar cuyo televisor retransmitía un partido.

- ¿Pero qué es esto? -pregunté.

- La Liga, que acaba de empezar.

- Si aún estamos en agosto.

- La Liga es muy madrugadora.

En efecto, era la Liga. Septiembre acababa de ser inaugurado con diez o doce días de adelanto. El entonces ministro Cascos dijo en su día que el fútbol era una cuestión de interés general y que por lo tanto debía ser gratuito. El tiempo ha acabado por darle la razón en lo primero. Gratuito creo que no es. Todavía. Quizá deberíamos nacionalizarlo.

El caso es que salí del bar con el típico escalofrío de los primeros días del otoño y a la mañana siguiente estaba resfriado por culpa del partido. Así es la vida: si no hubiera entrado en el bar a por tabaco, no me habría enterado de nada y seguiría tan sano. Lo que no sé es si al haber cogido ahora el constipado, me libraré de él en las fechas canónicas o si este año cogeré dos. En cualquier caso, la llegada anticipada de septiembre ha trastocado todos mis planes. De hecho, pensaba haber dejado de fumar el día 1 y lo he adelantado, claro, con gran desconcierto de mis neurotransmisores, que han tenido que activarse también antes de la fecha prevista para sustituir a la acción de la nicotina. Una lata, porque entre que la una se va y los otros llegan se establece un vacío, una tierra de nadie, donde las terminaciones nerviosas del cerebro establecen las conexiones que les da la gana. Una sinapsis no controlada puede alumbrar ideas muy autodestructivas. He dejado asimismo el gin tonic, que también es para el verano, por lo que mis riñones se han levantado en armas, pues no conocen diurético mejor que la ginebra.

El fútbol tiene, a nivel social, un papel normalizador, desde luego. Enciendes la radio, escuchas la epopeya de Ronaldo corriendo por la banda y aquí no ha pasado nada. El mundo sigue igual. Pero individualmente puede destrozarte la vida, ya sea gratuito o de pago. Yo lo pago, pero no sé por qué. Debe de venir en un paquete y últimamente todo me lo venden en paquetes.

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