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Las dos Españas de Sabadell

La propuesta de quitar a Machado, Quevedo o Goya del callejero de la localidad catalana

Un informe encargado por el consistorio de la ciudad catalana propone quitar del callejero a Machado, a Quevedo y a Goya porque forman parte del "modelo pseudocultural franquista". Una forma muy cateta de embarrar la necesaria aplicación de la ley de Memoria Histórica

El ayuntamiento de Sabadell se ha metido en un fangal ancho como los campos de Castilla, aunque sin la profundidad de una conversación de Mujeres y hombres y viceversa. Con el propósito de aplicar la ley de Memoria Histórica, ha encargado un informe sobre las denominaciones franquistas que aún perviven en el callejero de la ciudad, y lo ha hecho a la persona equivocada. El historiador Josep Abad ha redactado un dictamen en el que incluye algunos nombres correspondientes a personajes cercanos a la dictadura de Franco y a Primo de Rivera, y por el mismo precio, 600 euros, aconseja liberar una plaza del recuerdo de Antonio Machado por considerar que el poeta forma parte del "modelo pseudocultural franquista", "españolista" y "anticatalanista". En el mismo saco mete a otros ilustres como Garcilaso de la Vega, Tirso de Molina, Góngora, Calderón de la Barca, Larra o Francisco de Goya, a quienes propone desterrar por ser hostiles a la lengua y a la nación catalana. Vaya por delante mi admiración por la calidad del nomenclátor de Sabadell, o al menos a su atención a las artes y a la literatura, antes de que un exaltado lo expurgue y lo llene de denominaciones políticamente correctas desde la perspectiva soberanista. No hay tantas vías dedicadas a los grandes nombres del saber hispano y mundial en lugares menos dados a meterse en líos. Pero vaya también mi decepción por que un iluminado, con su chorrada de informe que propone exiliar a Gustavo Adolfo Bécquer, Agustina de Aragón o a Rafael del Riego del plano de la ciudad barcelonesa, pueda entorpecer la labor de quienes se esfuerzan por recuperar de verdad la memoria de quienes perdieron la guerra civil. Entre ellos el republicano exiliado Antonio Machado, bellamente cantado por Joan Manuel Serrat, un catalán que tampoco pasaría la prueba del algodón del historiador Abad. El propio alcalde de Sabadell, de la CUP, imagino que escandalizado por el nivel del debate, se ha aprestado a salir en defensa de la plaza de Machado, asegurando que no se le tocará. Tendrá que explicar a los suyos, y todos los vecinos de la localidad, por qué en pleno ferragosto alimenta con argumentos de revanchismo las calderas del anticatalanismo eligiendo tan mal a sus asesores. Y por pura curiosidad, me gustaría conocer las lecturas de cabecera de un tipo que considera "grave" que dos barrios de la urbe catalana lleven los nombres de Espronceda y Campoamor.

El historiador Abad señala asimismo que el callejero de Sabadell debería liberarse del nombre de Dolores Ibarruri, La Pasionaria, cuyos valores y ética pone en cuestión, y a quien define como "seguidora de Stalin". Qué curioso. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha pensado en regalar un libro a cada bebé que nazca en la capital. Todavía no se ha decidido ni el contenido del volumen ni la editorial que se encargará de hacerlo, pero la idea de que la ciudad sea la primera en ofrecer lectura a sus nuevos ciudadanos ha sido considerada nefasta por el PP. En las redes sociales, la derecha ha comparado a Carmena con Stalin, asegurando que ambos comparten la idea de adoctrinar a los tiernos infantes. Stalin combatido desde perspectivas antagónicas, se van a enterar en el Kremlin de como nos las gastamos por estos lares. Para que luego escriba Machado sobre las dos españas irreconciliables. En realidad comparten las cabezas de chorlito de quienes nunca tendrían que decidir sobre nada realmente importante

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