Tiene su cosa lo de los denominados servidores públicos, y un ejemplo palmario son algunos que llegan a cargos políticos, por los que además perciben una importante remuneración económica, los denominados "de pago", más preocupados en otros menesteres que en gestionar áreas municipales adjudicadas por delegación del alcalde, algunas de especial relevancia para la ciudadanía. Es lo que acontece con la de Seguridad, que sigue en esa travesía de problemas sin resolver. El nuevo inquilino de la plaza es Carlos Campos, que parece optar por el silencio y asentarse en la ausencia, y de esa forma evitar dar explicaciones a esos ciudadanos que son los que pagan. Lo peor de todo es que además de no resolver problemas, como se lo proponga puede generar algunos más, que ya es difícil. Eso sí, no tengan la menor duda, en procesiones, presentaciones y otros saraos de foto desteñida, lo podrán ver. Otra cosa más complicada es dar explicaciones. A ver si lo arregla San Roque.