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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La medida

Así que, cuestionado -por no decir que negado del todo-, como está el viejo refrán según el cual lo medible no es opinable, habrá que tratar de ponerse de acuerdo en cuál será la medida aceptable para que cada punto de vista sea a su vez admitido, aunque no se comparta, sin condenar a sus autores al ostracismo. Y, francamente, lo mejor -aunque a veces sea enemigo de lo bueno, como advirtiera el filósofo-, será aceptar que las cifras encuadradas y aprobadas en los Presupuestos Generales del Estado son el marco en el que la prudencia aconseja moverse.

Desde luego es verdad que incluso en tan serios documentos puede hacerse algún "juego de manos ", pero el riesgo de que sea descubierto resulta tan serio para sus autores -y más teniendo en cuenta que ahora se revisan por interventores nacionales y comunitarios-, que solo los muy arriesgados -o los más desesperados- entre los gobiernos se jugarían su existencia falseando las cuentas. Aunque, eso sí, y a modo de subterfugio, las interpretaciones se inventaron para maquillar la realidad.

Y en ello -en el subterfugio- andan ahora algunos en lo que se refiere a la inversión pública en Galicia, sobre todo en la prevista para obras. Las cuentas que hacen los empresarios, sindicatos y en general casi toda la sociedad gallega coincide en que desde que el gobierno del señor Rajoy pactó con vascos, canarios y Ciudadanos, el saldo de PNV, CC y el partido de Albert Rivera ha aumentado en términos políticos y financieros mientras el de los gallegos -partidos y sociedad- disminuyeron a marchas forzadas.

No obstante, y como algunos dicen que la apariencia es la madre de la ciencia, desde el Gobierno central ha desplegado -también cara a pactos para 2018- toda una batería de interpretaciones a las que cabría aquel jocoso resumen según el cual "si mi tía ni fuera mi tía y tuviera ruedas, sería una carretilla". Y en términos gallegos esa sería la auténtica verdad porque mientras otros van en AVE o ultiman corredores de mercancías o arreglos de carreteras, los de aquí transitan en aquel vehículo.

Así las cosas, parece inútil que, al menos en términos dialécticos, no pocos juglares gubernamentales se queden afónicos repitiendo que cuanto se dice de disminución de cantidades y, en definitiva, menor atención presupuestaria a Galicia son falacias de enenigos políticos y "tontos útiles". Y es un esfuerzo vano porque desde que Pitágoras, Euclides y demás especialistas históricos ahondaron en números y operaciones, nadie se cree que dos y dos puedan sumar cinco. O seis, según convenga.

¿Eh?

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