Eran las siete y media de la mañana del domingo y ya se oía en la Plaza de la Constitución un bullicio inusual; si te asomabas veías colas de gentes con sus velas haciendo el recorrido del Cristo. Yo lo hice al revés, con desviación posterior para tomar un café a esa zona de terrazas sita en la desembocadura de la Estación Marítima. Salían a borbotones los cruceristas del megacrucero Ventura, con más de 4.000 británicos a bordo, y me quedé estupefacto al oír la música con la que el acordeonista les recibía para ganarse unas perras, aunque yo creo que sin darse cuenta: ¡La banda sonora de la película "Titanic"! Pero es que luego, cruzaban la calle hacia la acera del Bahía y aún más estupefactos se mostraban ellos. ¡Cientos de personas caminando en fila en silencio y sin cesar portando velas a las 10 de la mañana! ¿Qué coño pasa en esta ciudad que nos reciben con "Titanic" y los encontramos después en plan Santa Compaña?, se preguntarían flipados los guiris.

Un domingo en A Guarda

No faltamos al Cristo pero antes nos hicimos una escapada a media mañana a A Guarda en el Mini Cooper D Cabrio color verde esmeralda del probo emigrante retornado Benito Pereira y su mujer, Samanta Buendía, tan bien descapotado que nos permitía gozar en su inmensidad ese trayecto paisajísticamente glorioso con buen tiempo entre Vigo y A Guarda. En una parada del camino, Benito, que es hombre de derechas y fe viva, dio gracias al Cristo por tener tan hermoso día y no menos hermoso Mini, brindando con una cerveza Mahou 5 estrellas. En A Guarda, invitados por Samanta, comimos en Casa Valladeiro, frente al mar, ni nécoras ni percebes, pero sí unas almejitas, vieiras y rodaballo alumbrados con buen ribeiro. Volvimos raudos a Vigo pero no pudimos evitar media hora de paro gintónico en Santa María de Oia, a un lado el monasterio (aquel cuyos monjes artilleros hundieron 5 bajeles turcos en el XVI) y al frente la mar abierta, en el café bar El Puerto de los González Estévez, que está allí hace 102 años y antes fue salón de baile, puesto de telégrafos, después de teléfonos...

Móstrame as mans, Mondariz

El sábado estuve en Mondariz haciendo de "pregoeiro" con el alcalde Xoan Carlos Bugarín "Calis" a un lado y Alba Faro al otro, y allí entre el público aseguro que había tres neoyorquinos interesados en ver la feria de oficios artesanos que se inauguraba, a los que ya vimos en el certamen "Cancións dos Nosos Barrios", en San Roque de Vigo: Isabel y Carlos Quintana, y la rubiaza de origen polaco Florence Ruszkowski. ¡Qué esfuerzo el de Alba Faro, su presi, por llevarla adelante! Allí abracé a Magdalena Diz, que aún pasa el mal trago de la falta de Pérez Labaca, y con la que visité una singularísima exposición sobre manos, "Móstrame as mans", en la misma plaza de abastos. Estuve con Xosé González "Pepiño" y con la abogada Isabel Blanco Franco, cuya poesía a "os cesteiros" de Mondariz destacaba junto al escenario y que ya va por su quinto libro con "As receitas de Rosaura", escrito con Luz Beloso, de recetas en verso, algo así como poemas para comer. Y tomé un café con Maite Isla, sobrina del galleguista y promotor de Galaxia Xaime Isla y presidenta de Solidariedade Galega co Pobo Saharaui. Maite estaba contenta por los 300 niños que este verano han sido acogidos en Galicia. Cuántas cosas en qué poco tiempo.