Eva: "Lo malo de ir arrancando hojas de calendario es, aparte de las inevitables consecuencias que el peso de los años tiene sobre la salud, la progresiva labor de zapa que el tiempo va realizando sobre un vocabulario que te había costado mucho conseguir desde que empezaste a tener uso de razón y corazón. Sin darte cuenta porque es un proceso lento y minucioso que se lleva a cabo en la sombra y nunca te enseña los dientes de forma descarada, fui borrando un número pequeño pero decisivo de palabras que mucha gente usa de forma indiscriminada e interesada hasta desgastarlas y hacerlas irreconocibles y engañosas.
"Palabras como compasión, contaminada por tantos recolectores de malas conciencias que intentan lavar sus trapos sucios con la ayuda egoísta a un prójimo que sólo le interesa como proyector de luz potente sobre su buena obra. Para que lo sepan los demás. Palabras como perdón, tan deteriorada por los usureros del olvido, decididos a aplicar el borrón y cuenta nueva que siempre sirve a sus necesidades porque tienen la certeza de que la riada arrastre también muchas de sus culpas.
"Palabras como comprensión, que sólo sirve para hacernos creer que estamos preparados para ponernos en la piel ajena y entender sus razones. Palabras como amor, arrasada por las hordas de mercaderes que lo han pintarrajeado de sensiblería y ñoñería con palabrería que daña la esencia de un sentimiento que, como todos los sentimientos, no admite descripción y mucho menos mangueras con las que regar a los demás. Palabras como ternura, devorada por el ácido cínico al que la han sometido libretistas de baja estrofa, trileros de la autoayuda, sonajeros publicitarios.
"Palabras como solidaridad, desprotegida por completo ante quienes la pregonan con grandes mensajes huecos y que nunca la practican. Palabras como libertad, tan arponeada por quienes claman el nombre al tiempo que se esfuerzan por hacerla añicos de oro. O palabras como sinceridad, rehén de aquellos que hacen del engaño y la trampa una vía rápida a sus éxitos de pacotilla".
