Presentado esta semana el informe de la Comisión de expertos para la financiación autonómica, toca hacer balance. Pero antes de ello, toca agradecer. Agradecer a la Universidad de Vigo por haberme apoyado en esta tarea que ha absorbido una parte sustancial de mi tiempo en los últimos meses. Pertenezco a una universidad que entiende la necesidad de estar cuando hace falta y de poner sus recursos a disposición del país, apoyando con generosidad las actividades de transferencia al entorno inmediato. Pero también debo destacar el respaldo de una amplia mayoría parlamentaria a mi nombramiento y el respeto total de la Xunta a mi independencia. En todo lo anterior, Galicia ha sido una de las excepciones y ejemplos en el mapa español. Y yo presumo de ello.
Pasando ya al contenido del informe, mi valoración general es positiva y, por ello, no he considerado necesario ni conveniente presentar ningún voto particular que pudiese hacer sombra a los importantes consensos alcanzados. El 20 de Enero de 2017, antes de mi nombramiento, presenté el documento del Foro Económico de Galicia: "Galicia diante da reforma do sistema de financiamento autonómico", disponible en la web de la asociación. En él desgranaba los que, a mi juicio, deberían ser los principios generales de la reforma; detallaba los riesgos y oportunidades para Galicia; y finalizaba con una serie de propuestas. Si uno compara el documento con el informe publicado esta semana, se encuentra con un buen encaje en los dos niveles: el global y el particular.
La arquitectura general posibilita alcanzar todos y cada uno de los objetivos colectivos, a expensas de que la fase de negociación que arranca en septiembre vaya concretando acuerdos. En el documento del Foro se argumentaba a favor del denominado IVA colegiado, de la necesidad de establecer mínimos en la imposición sobre la riqueza, de mejorar técnicamente la cesión del IRPF, de abrir espacio a las Comunidades en el frente de la reforma fiscal verde y de dar más relevancia a las Comunidades en la gestión tributaria. Bien es verdad que en todo lo anterior mi posición es ortodoxa y bebe de los numerosos trabajos académicos que han ido publicando en los últimos años numerosos colegas. Algo similar ocurre en el frente de la equidad y la estabilidad financiera. Las posiciones defendidas son muy similares a las que han suscitado consenso amplio en el seno de la Comisión.
Para Galicia, se han evitado todos los riesgos que exponía en enero y hemos avanzado en las oportunidades entonces expuestas: reforma del Fondo de Compensación interterritorial que eleve los recursos que llegan a Galicia; intensificación del envejecimiento como factor a tener en cuenta al computar el coste de los servicios; uso de medias móviles en el cómputo de los habitantes ajustados que ayudan particularmente a las Comunidades con una peor evolución demográfica; aceptación de que las Comunidades en el que los servicios cuestan más pueden y deben contar con más recursos, aunque tengan menos capacidad fiscal; o la búsqueda de soluciones al problema de la deuda en algunas comunidades que no pase por quitas.
Cansado y con necesidad de vacaciones, pero con la sensación de haber cumplido razonablemente bien con el encargo.
*Director del Foro Económico de Galicia
