Es lo último que le faltaba al Corredor do Morrazo, ser el vial de salida de los jabalís que se apuntan a salir de marcha. Menudo susto que se debieron de llevar los conductores que se toparon con estos animales en plena carretera y cuando la noche ya era cerrada. La fortuna quiso que no hubiese que lamentar víctimas -aparte de uno de los cerdos salvajes- pero urgen medidas para controlar las invasiones en el vial.
Ermelo, un patrimonio más allá de los adoquines
Revivir Ermelo es el objetivo y cualquier acción es bienvenida, pero siempre y cuando se vaya más allá del adoquín y se cuide el patrimonio inmaterial.