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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Banquete a costa de las mariscadoras

"Furtivos en bañador" es una metáfora demasiado condescendiente con la banda de ladrones que esquilman el trabajo y las expectativas de unas mujeres que han puesto su empeño en sacar adelante una producción que exige enormes sacrificios. Son eufemismos que generan incluso algunas simpatías que estos sinvergüenzas utilizan hasta para chotearse de las mariscadoras con argumentos como el de que se encontraron almeja fina construyendo "castillitos de arena" con sus niños.

!Menuda jeta le echan estos machotes del tres al cuarto¡, aquellos que abusan del trabajo y sustraen el pan a quien se lo tiene que currar durante todo el año. Es doblemente indignante pues por una parte se llevan lo que no les pertenece y por otra se burlan del sudor, trabajo y economía de los demás.

Además no tienen vergüenza y se convierten en el peor ejemplo para otros turistas que realmente puedan desconocer quien ha cultivado todo ese marisco que empieza a crecer en las inmediaciones de la idílica playa veraniega. Cierto que la crisis está latente pero eso no justifica una felonía a rostro descubierto de individuos que se disfrazan de bañistas y que tienen la cara dura de acudir en familia para asegurarse el provecho.

En la época del 3G y 4K parece absurdo que esta esquinita de la piel de toro siga retransmitiendo en blanco y negro y actuando con la picaresca de Lazarillo o con los gags de Pepe Isbert.

El momento requiere acciones serias con la intervención de las autoridades policiales, administrativas y judiciales porque se corren muchos riesgos, incluso de seguridad para quien acude con la única intención de disfrutar de una soleada tarde estival a orillas del mar. A estos malandrines hay que castigarlos con todas las de la ley, requisarles el marisco robado, sancionarles e incluso castigarles con la pena que corresponda y el robo implica también la cárcel. La Administración debería evitar que sean las mariscadoras las que tengan que tomarse la justicia por su mano y enfrentarse a toda una playa llena de bañistas para defender el pan que unos desgraciados les tiran por la borda para darse un gran banquete que no les debería salir gratis.

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