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Las conversaciones

De la prima de riesgo al techo de gasto

Días de mucho parloteo. De términos casi ininteligibles que se convierten en lugares comunes. Lo mismo que ocurrió con la prima de riesgo (¿qué habrá sido de tan siniestra parienta?) ahora nos ocupa el techo de gasto, o la regla de gasto, porque hay que tenerlo todo en masculino y en femenino. Me dice un vecino, economista de pro y a veces hasta de plató, que no frivolice, que no son la misma cosa. Tendrá razón pero lo que sí es cierto es que una décima de techo significa mil millones más de capacidad de gasto para comunidades autónomas, diputaciones, cabildos y ayuntamientos. Y eso ya no es baladí. También andamos con la reducción del IRPF. Tampoco es tontería, pues, como dicen los que le han torcido el brazo a Montoro en este asunto, Ciudadanos, se trata de que la gente tenga más dinero en el bolsillo. Como también dicen los que parece que le han ganado el pulso en el asunto de la regla/techo, Nueva Canarias, se trata de que las administraciones más próximas tengan más perras para las cosas que las gentes necesitan: sanidad, educación, servicios sociales, infraestructuras.

Grandes conversaciones, ríos de conversaciones. El miércoles me encontré en medio de una muy agradable con el senior socialista José Félix Tezanos, ahora mentor de Pedro Sánchez. Menudo lujo que tu mentor sea una de las mentes sociológicas más importantes de este país. Éramos un grupo reducido de periodistas que nos hacemos llamar "The Experience Club", con lo cual pueden imaginar la media de edad, todos y todas muy simpáticos, eso sí. Desayunábamos en el restaurante "Babelia" de Madrid, en el callejón de Puigcerdá, buenas viandas. Y en esa conversación apareció una certeza: los partidos políticos, siempre pero más ahora, cuando tienen el poder imponen una relación absoluta de sometimiento hacia los medios de comunicación. Los que están en la oposición, han decidido romper las reglas de juego clásicas y no mantener ningún tipo de relación, salvo las protocolarias, con los que mandan en las líneas editoriales. Se limitan a dar declaraciones o hacer ruedas de prensa. El resto, lo mollar del esfuerzo de su política y presupuesto de comunicación, lo están volcando en las redes sociales. Me retiré de "Babelia" bien desayunado pero con una cierta sensación de pánico. Antes, hace poco, cuando te intentaban dar un portazo, buscabas cómo pararlo, o volver a abrir la puerta. Pues se acabó: ¡a las redes!

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