En España y en Galicia la gente quiere tener hijos. Más o menos, como en la media de los países de la OCDE. El número preferido de hijos se sitúa, en promedio, ligeramente por encima de dos. Sin embargo, no se cumplen los deseos. De hecho, somos uno de los países en los que la diferencia entre estos y la realidad es mayor. ¿Por qué?
Sin duda, las causas son diversas y todas merecen atención. Pero en esta columna voy a centrarme en los apoyos públicos, sea en forma de transferencias en efectivo, servicios o ventajas fiscales. El Gráfico adjunto sitúa a España en perspectiva. Si la comparación es la media de la OCDE o de la Unión Europea, invertimos menos en todo. De hecho, estamos en los puestos de cola. Solo Portugal en Europa está por detrás de nosotros.
Cuando uno contempla el conjunto de las políticas públicas en España, se encuentra con que son familia, I+D y rentas sociales las áreas en las que nuestras carencias son mayores. Del: "que inventen ellos" a la familia tradicional con ama de casa que se encarga de todo y de todos; pasando por la economía sumergida y el fraude como solución para los menos afortunados. Fórmulas que la Sociedad española ha superado o debe hacerlo con urgencia. Para ello, las administraciones públicas tienen que impulsar el cambio: sistema de innovación potente, política familiar decidida y generosa, y lucha a muerte contra la economía sumergida. Para eso y para mucho más precisamos una reforma fiscal en profundidad que proporcione los recursos suficientes y haga que paguen los que hoy no lo hacen en la medida que les toca.
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*Director del Foro Económico de Galicia
