El despilfarro de Langosteira es ya una realidad fuera de toda duda. Lo apuntó hace un año la UE, cuando concluyó que el 95% de los fondos comunitarios invertidos en el proyecto son "ineficaces". Y lo subrayaba hace poco el Tribunal de Cuentas al cuestionar sus previsiones de ingresos y el sobrecoste que acumula. A pesar de esa situación, el Puerto de A Coruña parece empeñado en ampliar ese agujero. Ahora busca el respaldo del Gobierno para afrontar los cerca de 120 millones que costará el enlace ferroviario.

Entremedias el proyecto acaba de desbloquear su tramitación ambiental, curiosamente la misma por la que espera la variante de Cerdedo, infraestructura clave para que Vigo y su área puedan disfrutar de un AVE directo con la Meseta y por la que claman de forma unánime vecinos y empresas. Otra vez, lo primero, lo realmente necesario, queda relegado para el final.