El fútbol es un negocio y Florentino Pérez un empresario. A partir de ahí todo encaja en la más que posible salida de Cristiano Ronaldo del Madrid, tras el enorme enfado del jugador por la acusación de fraude fiscal y el, en su opinión, poco apoyo del club. El portugués tiene en estos momentos un precio de mercado que ya nunca volverá a tener. Sus 32 años y una gran y continuada exigencia física que le ha llevado a padecer alguna lesión importante le convierten en un jugador que ha perdido explosividad y que tiene menos recorrido en el campo. Su enorme talento y su trasvase de la banda al centro del ataque le han servido para mantener unas cifras goleadoras de gran estrella. Pero acumular goles siendo delantero titular en el Madrid lo pueden hacer muchos otros futbolistas actuales.

Sus tantos y la Liga de Campeones que acaba de ganar con el conjunto blanco pueden llevar a olvidar una temporada de Ronaldo que, en su mayor parte, no ha pasado de ser mediocre. Al Madrid lo han mantenido en muchos momentos los cabezazos de Sergio Ramos y el talento de Isco, Benzema, Kroos o Modric, con el portugués a medio gas, paseándose por el terreno de juego, sin defender nada y esperando a los momentos finales de la temporada, esos instantes que, como bien sabe Ronaldo, si las cosas van bien fijan una foto que acaba por distorsionar todo lo sucedido antes.

Pero el presidente del Madrid podría, en realidad, estar tramando una jugada maestra: no dejarse engañar por esos fuegos artificiales con los que ha acabado la fiesta y pensar a largo plazo. Este enfado del portugués, uno más en un niño de 32 años, tiene visos de ser el último que va a tener con la camiseta blanca. Hoy Ronaldo cuesta mucho millones de euros. Mañana valdrá muchísimos menos. Mbappé, Dembele o Asensio, todos ellos una década más jóvenes que el luso, son el futuro y a Ronaldo le queda muy poco para ser el pasado. Por no hablar de la mala imagen que supone para un club como el Madrid que uno de sus futbolistas esté acusado de defraudar, nada menos, que 14,7 millones. Es el momento: Florentino se libra de la crítica porque puede vender que no prescinde del futbolistas sino que se quiere ir él. Y así hace caja.