Lo que acaba de suceder con el Banco Popular recuerda esa imagen de casino de juego, donde todos los jugadores pierden y la banca gana todo y el crupier vuelve a decir hagan juego... para seguir la rueda de continuar perdiendo dinero sin ton ni son. La banca no es un casino, pero acaban de adoptar decisiones donde es difícil confiar en el sistema y confirma la progresiva e imparable "desbancarización" de la economía, donde probablemente más pronto que tarde el modelo de negocio de un banco quedará periclitado y tendrán que dedicarse a otra cosa.

Los accionistas que adquieren sus acciones como inversión no pueden verse-2 desposeído de su propiedad por decisiones de organismos que ni siquiera conoce su nombre que adoptan decisiones con nocturnidad y con una clara alevosía dado que la solución pasa por beneficiar a unos pocos, machacando el patrimonio de muchos de forma indiscriminada y prácticamente sin dar ninguna explicación.

La teoría de evitar el pánico en el que hipotéticamente entrarían los depositantes, debería estar resuelto por el Fondo de Garantía de Depósitos, que no sé porque cuando se habla de crisis bancarias nadie se acuerda de él y ha sido creado para garantizar como su nombre indica los depósitos de los ahorradores. El que una entidad tenga problemas de tesorería, no es nada nuevo, sino que le pregunten a cualquier empresario que baila con esa fea muy a menudo, para lo cual el mercado financiero da respuesta. Si el problema es de solvencia bancaria, derivada de la duda que ofrece el valor de los activos por que éstos son de naturaleza inmobiliaria, con lleva que tengamos que decir, como clientes, basta.

El valor de un bien inmobiliario como todos está sujeto al mercado, pero la propiedad del mismo subsiste a las crisis y dado que la economía es cíclica por naturaleza y esto es una verdad inmutable, los malos valores actuales, deben hacernos conducir con mucha prudencia ya que en algún momento el valor recuperará, aunque tarde. Por tanto, liquidar una compañía como un banco con capital en efectivo aportado en ampliaciones recientes, sobre la base de que sus activos inmobiliarios son dudosos, parece una broma ya que estos activos pasaran a otras manos a cero euros y evidentemente hasta el más tonto sabe que se forrará con las plusvalías que generará por poco que hayan revalorizado.

*Economista