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Fecha y pregunta, y más tiempo

El President se quita presión para poder irse de vacaciones y deja al Gobierno con hambre de impugnar

Puigdemont anunció ayer que el próximo 1 de octubre piensa celebrar una consulta unilateral de secesión con la pregunta: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?". Éstas son las novedades: fecha y pregunta ya sobre la mesa, como exigía la CUP, pero sin decreto de convocatoria ni documento alguno que el Gobierno pueda impugnar, como quiere el PDeCAT.

Paso medido, pues, el del President, que mantiene vivo el "procés" sin complicarse la vida: se quita presión "cupera" de encima, al tiempo que se deja espacio para dar marcha atrás, dimitir, cambiar la consulta por otras elecciones plebiscitarias... irse de vacaciones. El marco ideal para que Guardiola, otro límpido independentista, lea mañana su manifiesto.

La cosa no pasa del anuncio, pero así, por comentar, tiene gracia la pregunta: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?". ¿Qué otra forma de organización del Estado podría si no proponerse a los catalanes? ¿La de Reino con alguna momia de la Casa de Austria sentada en el trono que fue de Jaume el Conqueridor?

Y también es reseñable que la pregunta se formule en aranés, aparte de en castellano y catalán, porque la variedad gascona del occitano, o sea, la lengua de D'Artagnan, es un valor lingüístico en alza, y nunca se sabe si además del "flequillo beatle" será necesaria la esgrima de un intrépido mosquetero para ganar la independencia.

Más trascendencia reviste que los "comunes" de Colau se hayan bajado del tren antes de la colisión, y a tiempo de evitarse un perjuicio en las elecciones autonómicas que están al caer. Lo que, de paso, también permite poner las cosas en su sitio: así los defensores de la consulta ilegal, Junts pel Sí y la CUP, dejarán de hacer cálculos interesados y sumar al 47,8% de los votos que obtuvieron en los comicios de 2015 (39,59% para JxS y 8,21% para la CUP), el 8,94% que cosechó Catalunya Sí Que Es Pot (ICV-EUiA, Podem y Equo).

En los diecisiete meses que Puigdemont lleva en el cargo, los cruzados de la unilateralidad han contado como suyos los 367.613 votos que el grupo de Lluís Rabell recibió en las urnas aquel 27 de septiembre, pese a que la confluencia de izquierdas nunca se ha movido de su petición de partida: un referéndum acordado con el Estado.

De hecho, el fantasmal Pacte Nacional pel Referèndum nunca fue más que un intento de arrastrar a Colau al campo unilateral. El plan era capturar a la Alcaldesa en un foro por la consulta "factible", como empezó llamándola Puigdemont, para luego decirle: "Ves, no hay manera, Rajoy se atrinchera en el 'no es no', únete a nosotros". Pero no coló.

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