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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

La "muñeca de Forcarei"

La evolución de las informaciones periodísticas sobre personajes famosos suele sufrir, con el paso del tiempo, variaciones muy curiosas. Unos datos permanecen, otros desaparecen por completo y aún queda un tercer grupo en el que alguien, no sabemos quién, introduce las correcciones oportunas para que los acontecimientos encajen con la Historia según nos la quieren contar.

Digo lo que antecede porque hace 28 años tuvo lugar la invasión de Panamá por el ejército de los Estados Unidos. El primero de los Bush, que antes de presidente había sido jefe de la CIA, se cansó de las arbitrariedades del hombre fuerte de Panamá general Manuel Antonio Noriega y, so pretexto de su implicación en el narcotráfico y de salvaguardar los intereses de los 35.000 estadounidenses que residían allí, envió 27.000 soldados para ocupar el país, detener a su jefe máximo y llevarlo a territorio norteamericano para ser juzgado. La operación, bautizada con el pomposo nombre de Causa Justa se desarrolló rápidamente aunque no por eso dejó de provocar la muerte de un número indeterminado de personas, que algunas fuentes cifran en más de dos mil.

Mientras tanto, el general Noriega se refugiaba en la sede de la Nunciatura Apostólica, en la que los invasores no se atrevieron a entrar. El cerco de la Nunciatura dio lugar a uno de los episodios más curiosos de la historia militar porque el ejército de Estados Unidos, para provocar la salida de Noriega, tuvo la ocurrencia de instalar unos potentes altavoces y a través de ellos difundir música de rock a todo volumen. Al cabo de tres días, y previa deliberación con el Nuncio, el general Noriega se entregó.

La historia de su procesamiento es conocida. Primero fue juzgado en Estados Unidos, donde lo condenaron a cuarenta años de prisión, luego extraditado a Francia, donde estaba acusado de lavar dinero negro, y, por último, otra vez a Panamá para cumplir el resto de la condena. Hasta su muerte hace unos días tras ser operado de un tumor.

La biografía de Noriega es agitada, aunque casi todos sus biógrafos coinciden en reseñar que fue cooptado como agente de la CIA durante su formación en una academia militar peruana y después en la tristemente famosa Academia de las Américas, que por entonces todavía tenía su sede en territorio panameño. Luego fue persona de extrema confianza de Omar Torrijos, del que heredó su posición de predominio tras su muerte en un extraño accidente de aviación. A partir de ese momento, es notorio que colaboró activamente con la política de la gran potencia del norte, pese a que mantenía fluidas relaciones con Cuba y Nicaragua. Y fue entonces -supongo-, en el apogeo de su poder, que cometió el error de creer que era inatacable y podía hacer y deshacer lo que le viniera en gana. Su relación con el narcotráfico y algunos asuntos oscuros como el asesinato de Spadafora, le convirtieron en un personaje molesto para sus protectores y estos decidieron prescindir de él.

Esto es lo que sabemos, pero de la que no sabemos nada es de la "muñeca de Forcarei", una belleza gallega que tenía gran influencia sobre Noriega. La prensa de 1989 da abundantes referencias de ella pero en la de ahora ha desaparecido. Desconocemos si aquel amor acabó en boda.

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