Hay decenas de libros, miles de artículos e infinidad de películas que nos hablan de la mejor playa del mundo, banderas azules, protección y Red Natura? Años atrás nos anuncian que las Islas Cíes pueden ser las afortunadas en el Patrimonio de la Humanidad. Millares de gentes europeas comenzaron a sumergirse en un mar de libros y folletos en busca de los paisajes y la vida en Cíes, para ayudar a crecer las alas de su imaginación. Miles de vigueses se introdujeron en el desafío creativo para anunciar al mundo la grandeza del espectáculo natural que contrasta las playas más paradisíacas con los gigantescos acantilados que dominan el furor atlántico, donde el mundo parece haber llegado a su fin. Los más soñadores decimos que el gran tesoro de las Islas Cíes es su propia historia, testimonio de las huellas más antiguas de la navegación en la costa atlántica europea, que atestiguan los grandes valores que acontecieron a lo largo de milenios hasta hoy.

Pero, ¿Qué hacer cuando la historia y belleza de Cíes acaba siendo motivo de disputa política? El Concello de Vigo mantiene la candidatura a Patrimonio de la Humanidad de las Islas Cíes y la Xunta de Galicia diversifica hace pocos días dicho apoyo al Parque Nacional Illas Atlánticas. Quizás la presión mediática y la tardía reconsideración política de un sector del poder autonómico hicieron aunar propuestas entorno a Islas Cíes. Estas desavenencias entre la Ciudad de Vigo y la Xunta pronto fueron conocidas por el Consejo de Patrimonio Histórico de España y lo que es peor, por algún miembro del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Cualquier indicio de interés político o sombra sobre una propuesta que suponga conflicto es suficiente para quedar anulada.

Finalmente el PP llamó apretar las filas en torno a la candidatura unitaria de Islas Cíes como Patrimonio de la Humanidad, al igual que lo habían hecho el resto de las fuerzas políticas, y la situación parece reconducida. Habrá tiempo para investigar de quién fue la idea de oscurecer, mediante correos electrónicos y llamadas telefónicas, la imagen de dicha propuesta municipal viguesa, pero hay momentos de unidad institucional que no pueden ser protagonizadas por el miserable electoralismo. La reformulación de la Xunta apoyando a Cíes podría ser un primer paso en el recíproco aprendizaje del arte de unir, al igual que los asuntos que siguen esperando en la cola de la solución unitaria, como el universo del Área Metropolitana de Vigo. Lo cierto es que las Islas Cíes ya son un símbolo de la necesaria unidad.