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Las Cíes, patrimonio o ejemplo de lo obtuso

La gestión política en clave personal sin tratar de aunar el concurso de todas las partes implicadas trae como consecuencia otro despropósito imposible de entender desde la sensatez y el sentido común, y mucho más difícil de explicar tratando de justificar lo inexplicable. Quizá este artículo de opinión pueda parecer descarnado. Respeto a las personas pero no puedo disculpar la "estupidez política" de representantes públicos enzarzados como posesos en una pelea en la que solo Vigo pierde y con ello Galicia, derivándose de ello el hastío y aburrimiento de siempre lo mismo sin solución.

No me cabe en la cabeza que personas como Feijóo y Abel Caballero no hayan sido capaces de encontrar puntos de confluencia en aras de los ciudadanos. No entiendo que no sean capaces de sentarse tranquilamente apartados de los focos mediáticos y poner sobre la mesa los problemas que ese empecinamiento personal trae consigo para todos. No hay quien comprenda que compartan eventos en actos protocolarios, partidos del Celta, botaduras de barcos, y comidas en el Club Financiero, con sonrisas para la ocasión, y que no haya ni en ellos ni en sus asesores el coraje político de tomar la iniciativa de hacerles ver de que su falta de química personal es un desastre para quienes dependemos en gran medida de sus decisiones. Así señores no se gobierna un país, una Comunidad Autónoma, un Concello o una comunidad de vecinos. Así solo se paraliza el progreso. La política que se les intuye es la del desgaste del adversario con fines electorales, y en este momento la batalla por la Alcaldía de Vigo tiene como víctimas a los vigueses con dos instituciones a la greña para mejor posicionarse ante la ciudadanía. La estrategia por encima del raciocinio y del buen gobierno.

Posiciones encarnizadas, chanzas, puyas, ironía, sarcasmos, invocaciones al localismo de los más localistas de Galicia, personalismos que ya van aburriendo de estar en todo de cuanto se saque partido y votos, expresiones apocalípticas. Más parece la pelea de unos niños de teta o unos adolescentes que de unos políticos con bagaje y experiencia que no son capaces de entender que ni Vigo ni Galicia ni las Cíes son ellos. Que para sacar progreso, acuerdos de calado, inversiones, la conexión del AVE por Cerdedo tan bien expuesta por los empresarios, el crecimiento del Puerto, la consecución de la Plisán y el bienestar de todos hay que buscar consensos, respetarlos e ir de la mano aunque representen distintas opciones políticas.

La última o más bien me temo la penúltima de "Solapar" proyectos ya en marcha, quizá lentos pero ya explicados, no se le ocurre ni al que asó la manteca. Bajemos por favor a la realidad. La joya del Parque de Illas Atlánticas son las Cíes. Son las visitadas, las que generan flujo turístico y las que de verdad merecen ser Patrimonio de la Humanidad en sí mismas. Y ni siquiera en eso son capaces sus señorías de ponerse de acuerdo. ¡Vaya nivelazo! Como también están en el Atlántico, pongan también en el Parque los islotes de las Estelas cercanas a Baiona, San Simón, Las Canarias y hasta Las Azores, si se dejan los portugueses. ¡Por Dios dejen de hacer el ridículo!

Sería encomiable que de verdad cambien ustedes la inercia emprendida y dejen las medallas presentes y futuras para que sea la Historia quien les juzgue. Den ejemplo en un momento especialmente delicado de nuestro país. Y si Xunta y Concello necesitan hacer un retiro político de hermanamiento, acampen juntos en las Cíes y dense un chapuzón juntos. Es probable que la temperatura de las aguas les refresquen las ideas.

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