Estoy seguro de que Basilio Otero, el desde hace poco más de un mes presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), no esperaba otra cosa. Pero trabajo, verdaderamente, no le falta.

Ahora se ha empeñado, junto con la junta directiva de la federación nacional, en lograr que aquellas cofradías de pescadores que siempre habían estado fuertemente vinculadas a dicha federación, amarren de nuevo, abarloen otra vez a la misma para demostrar que se puede confiar en ella y, juntos, emprender una nueva andadura para lograr que la FNCP -a pesar de los detractores, que los hay- sea verdaderamente representativa y capaz de resolver los muchos problemas que la pesca de bajura tiene en todos y cada uno de los puertos de España.

Basilio Otero es analizado de forma pormenorizada por muchos de los patrones mayores de las cofradías de pescadores y el presidente nacional de los pósitos peninsulares e insulares lo sabe. Por ello quiere reunirse personalmente con cada uno de los presidentes provinciales y autonómicos para recoger abundante documentación sobre cómo es la situación de cada provincia y que cada una de estas exponga su problemática. El contacto personal es, para Basilio Otero, la mejor manera de conocerlos, darse a conocer y establecer compromisos para que se recupere la confianza en una federación, la nacional, que solo puede ser fuerte si hay unión y todos reman en la misma dirección.

Nada ha dicho el presidente nacional de las cofradías, pero no sería baldío establecer nuevas conexiones con aquellas cofradías que rompieron amarras hace años con el puerto común que es la federación nacional. Y lo mismo debiera hacerse con las interfederativas, imbuidas estas de un cierto carácter o autoridad autónomo que no encaja con el papel interdependiente de los pósitos españoles y su larguísima historia secular. Porque, por sí solas, las cofradías no son nada ni nadie; pero en la globalidad y todas bajo la misma bandera -que no es otra que la de la pesca de bajura- las cofradías españolas tienen un enorme potencial no solo en el conjunto de España sino también en el contexto comunitario europeo.

El asunto lo han tratado en profundidad y la actual directiva de la federación se niega a ser un mero transmisor de órdenes y circulares del ministerio. Colaboración con este, en todo lo que se precise; pero también disponer de autonomía suficiente para iniciar una singladura que lleve a este barco que es la federación nacional al puerto apetecido: el de dar soluciones a los infinitos problemas que el sector pesquero español tiene planteados desde hace años y a los que, por una u otra causa, no se les ha dado la solución debida.

Basilio Otero entra con fuerza y reclama colaboración. Aquí, en España, y también en Europa. Para ello resulta fundamental esa unidad de acción para establecer un criterio que haga revivir la un tanto alicaída situación de los pósitos, principio fundamental o cimiento irrenunciable del edificio de la pesca española.