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Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

Trump y el desequilibrio

Esa mecánica de equilibrios y contrapesos, checks and balances, que garantiza una voz atenuada del poder, es algo que jamás entenderá Donald Trump. Para él no existe la separación de poderes, por eso sostiene que es "víctima de una caza de brujas". Destituyó al director del FBI que investigaba la implicación del Kremlin en las últimas elecciones a favor de su candidatura, y el asunto es tan grave que el número dos de Justicia ha tenido que nombrar a uno que precedió al despedido al frente del Buró para que investigue por qué le despidieron. ¿Qué por qué lo nombra el segundo de Justicia y no el primero? Pues, porque es posible que al primero lo esté investigando también el FBI.

El "Rusiagate" ha estallado y no es descartable que se lleve por delante al Gran Jefe Blanco. Probablemente no suceda como consecuencia de la limitada capacidad de acción del exdirector del FBI que investiga la destitución de su colega, bajo las órdenes de los fiscales generales que nombró el propio Trump. Pero puede que la contumacia en resistirse al sistema que los padres de la Constitución de los Estados Unidos establecieron para asegurar que ninguna rama del gobierno fuese demasiado poderosa acabe con el presidente de la historia que mayor controversia ha despertado en menor tiempo.

Nixon, mucho más avezado en la política que Trump, sinuoso y con una dilatada experiencia en los asuntos federales, creyó que podría burlar el checks and balances y acabó dimitiendo acusado de conspirar para obstruir la acción de la justicia en la investigación del escándalo Watergate. Nadie dice que vaya a suceder lo mismo pero entra dentro de lo posible repetirlo sin tener que esperar tanto como entonces.

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