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Solo se ama lo que se conoce

El viernes daba gusto ver la participación masiva de los escolares en las carreras que se organizaron como un acto más del programa del 300 aniversario de la existencia de la E.N.M. Cercano tengo a uno de los peques que entre los cientos de participantes llegó a casa enormemente satisfecho de haber conseguido su medalla (todos la obtuvieron, pero cada uno siente la suya) que, inmediatamente, colgó en su habitación con el mayor de los orgullos. Pero me llamó la atención también su referencia a la Escuela Naval Militar y su orgullo por haber podido entrar en ella, seguramente por primera vez en su vida y, oyéndole relatar la experiencia, me he dado cuenta de que las cosas, para amarlas, hay que conocerlas. La Escuela Naval ha sido la gran desconocida de los propios marinenses en décadas y, aunque les duela reconocerlo, durante muchos años, fue un recinto cerrado e incluso "invasor" y, como ejemplo, no hay más que recordar la injusta delimitación de la Playa de Portocelo para jefes y familias y con marineros de guardia alrededor. Desde hace unos años, las cosas han cambiado y mucho pero considero que se puede mejorar esa proximidad de acogimiento especialmente a los niños de hoy, que serán los hombres y mujeres de mañana. Bueno sería que se organizasen más actos para facilitar la entrada y la familiaridad con ese recinto a los chiquillos porque solo se ama lo que se conoce.

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