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Pedro de Silva

La farsa no puede durar

Una república es, sobre todo, un sistema en el que el juego de las instituciones es capaz de poner límites al ejercicio del poder. En ese sentido, lo contrario de la república no es la monarquía, sino el absolutismo. La república sería, pues, el reino del relativismo del poder.

No basta con que a cada tanto haya elecciones para que haya república, hace falta que funcionen cada día los mecanismos que relativizan el ejercicio del poder de origen democrático. Lo que está en juego ahora en EE UU es la subsistencia de la república, y en ello nos va mucho a todos, pues si el imperio hacia fuera se vuelve también un imperio hacia dentro nada podrá poner freno a su natural imperialismo.

Mi opinión personal es que, pese a todo, los valores republicanos tienen arraigo bastante allí como para que la farsa imperial de Trump acabe como todas las farsas: un telón cae y el público sale del teatro.

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