El presidente Trump ha destituido al director del FBI, que indagaba vínculos de su campaña con Putin. Temía acabar con un impeachment, como Nixon. Y quizás ha dado un paso hacia ello. Pero reincido en escribir de Francia porque el triunfo de Emmanuel Macron será quizás la noticia europea más relevante del 2017. Ahí van siete ideas.

Una. La ola populista que los catastrofistas decían imparable -como la de Trump en Estados Unidos- existe, pero está abortando. Perdieron en Holanda en febrero, han fracasado ahora en el asalto a París, la plaza más relevante, y las encuestas dicen que en Alemania -donde no podían ganar- van a la baja.

Dos. En Francia, con 253 muertos en atentados islamistas, un paro del 10% (alto para la UE), desprestigio de la política, escepticismo sobre la UE (ganó el no en el referéndum de la Constitución europea) y nacionalismo-proteccionismo fuerte, había puntos a favor de Marine Le Pen, que dijo que era una batalla entre patriotas y partidarios de la globalización. Respuesta: Macron 66%, Le Pen 34%. Hay malhumor con el euro, pero más pánico a salir.

Tres. La victoria de Macron es una derrota del populismo pero, al mismo tiempo, un serio varapalo para los partidos tradicionales -derecha de siempre y socialismo clásico-, que no han estado a la altura ni con Sarkozy ni con Hollande.

Cuarto. En el mundo globalizado, sin modernización económica, sin empresas fuertes, no se puede ni competir ni pagar un Estado del bienestar que debe mantenerse y racionalizarse.

Quinto. La modernización económica exige un nuevo partido que renueve la clase política y reúna a liberales y socialdemócratas pragmáticos porque -historia aparte- las políticas aplicables de los dos grupos son compatibles e incluso similares.

Sexto. Sin Europa no hay Francia con futuro. Alemania es un éxito económico, pero una Francia dinamizada puede ayudar a construir una UE más equilibrada que la actual, en la que Alemania domina demasiado.

Séptima. Macron dijo que la tarea era inmensa porque sin una mayoría presidencial será muy difícil llevar a cabo el programa. Y la mayoría absoluta, sacar un diputado en 289 circunscripciones, no es una tarea fácil para un partido que acaba de nacer. La oportunidad es que los partidos tradicionales están en crisis.