Una decisión acertada fue la que tomó ayer el presidente de la Xunta, al paralizar el decreto de la Consellería de Facenda para regular la contratación de investigadores. A veces, lo mejor es dar un paso atrás, para coger impulso y enmendar los errores a punto de cometer. La élite científica gallega alzó su voz y salió en defensa de sus equipos de trabajo y futuros relevos. Lo que está en juego no es solo la estabilidad laboral de unos centenares de investigadores. Lo que se decide es si Galicia apuesta o no de verdad por la innovación como un polo de crecimiento económico. La I+D+i gallega necesita normas que impulsen, no frenen, la carrera investigadora de nuestros científicos. Escuchar a los administrados, hacerles caso cuando exponen sus reivindicaciones bajo argumentos sólidos y convincentes, es un deber de los gobernantes. Y rectificar siempre es de sabios.