Leo el informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas dirigido por Joaquín Maudos sobre el impacto económico del maratón Valencia y me acuerdo del que nos encargaron al grupo GEN hace unos años sobre la visita del Papa a Santiago de Compostela y cuyos resultados fundamentales publicamos en la revista Tourism Economics ("On the Regional Economic Effects of the Pope's Journeys: Evidence from the Visit to Santiago de Compostela in 2010"). Vuelvo al presente y me encuentro en los medios con la Estrategia 2020 del turismo de Galicia pilotada por Nava Castro.
Sin ser especialista en la materia pero teniendo en cuenta los estudios arriba referenciados, hay que tener claro varias cosas. La primera es que un mismo volumen de turistas y visitantes puede generar efectos muy diferentes en función de cuánto y en qué gasten. La segunda es que el ámbito espacial de los costes del turismo (congestión, demanda extra de bienes y servicios públicos) y el de los beneficios pueden no coincidir. La tercera es que antes de invertir dinero público en un evento (o de seguir haciéndolo en ediciones futuras) hay que usar la calculadora y examinar el impacto esperado del mismo. Finalmente, la estructura fiscal de los municipios españoles hace que un incremento en la actividad turística en el término municipal genere costes para las arcas locales pero muy escasos recursos públicos adicionales.
Con los mimbres anteriores seguramente podamos definir mejor nuestra estrategia. Por ejemplo, debemos tener cuidado con la congestión (que ya es un hecho en sitios como la zona vieja de Compostela) y con promocionar turismo de masas que genera escaso valor añadido en vez de focalizar hacia segmentos más atractivos; debemos hacer los números antes de apostar por un evento u otro; ante la extrema dificultad de hacer que hosteleros paguen más tributos municipales de acuerdo con sus ingresos extraordinarios por turismo, las tasas por pernoctación pueden ser una herramienta útil para conseguir que los turistas contribuyan a las cargas de los servicios públicos municipales, así que no deberíamos descartarlas sin discusión previa; finalmente, Xunta, diputaciones y concellos deben colaborar para encajar mejor el diseño y ejecución de las actuaciones que, claramente, desbordan los límites municipales.
*Director del Foro Económico de Galicia
