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Mis encuentros en el tren

Ayer cabalgaba yo sobre la máquina de hierro y, en esa línea Madrid-Vigo que yo tomo con frecuencia en Zamora, cuando llegué al andén 5, preguntéle a un hombre que fumaba de espaldas al tren allí llegado aprovechando el escaso tiempo de parada: "Disculpe, ¿es este el tren del Para Vigo Me Voy? Da la vuelta, y me dice: "Sí, Fernando, este es nuestro tren". ¡Pero si era el fotógrafo y creo que últimamente hábil jardinero Enrique Olmedo, uno de los hijos del fundador de aquellos emblemáticos almacenes con base en Vigo que fueron un imperio! Enrique venía de sus cosas de Madrid y justo estaba en asiento de al lado pero, cuando me senté, ¿quién creíais que iba en el anterior en ese vagón casi vacío? El arquitecto vigués Martín Curty, expresidente del Instituto de Estudios Vigueses, que debe vivir en el tren porque me lo encuentro enfrascado ante el ordenata en algún trabajo cada vez que voy. Esta vez ultimando el segundo tomo de una investigación sobre la II Guerra Mundial en la prensa gallega.

¡Qué vida controvertida!

¡Qué feria de libro dejé en Salamanca y su Plaza Mayor, qué exposiciones de Barceló (no el ron) en seis espacios con motivo del 800 aniversario de aquella Universidad! Pero esos son escenarios y artistas consolidados por la historia y, ahora que estoy en Vigo, voy a echar una mirada a lo contrario, las apuestas de arte recién nacidas y aún no consagradas como la exposición "Vida controvertida" que se ofrece en la sala Ap´ostrophe del Centro Comercial Plaza Elíptica. Ahí tenéis la pintura del artista plástico Marco Santos y las letras de Elena Ojea, una interacción entre pintura y poesía donde la una pone imagen a la otra y la otra pone letra a la una. Elena es mondaricense de la cosecha de 1980 y Marco portugués fronterizo. Veremos su propuesta.

De Gilad Hekselman a Leiro

Había quedado uno hoy, miércoles noche, para cenar con Miguel Ucha en algún lugar del barrio viejo, pero lo retrasamos porque me acaba de recordar Marcos Costas que a las 20.30 y 22.30 tenemos en La Casa de Arriba uno de los conciertos superíntimos que les gusta dar a los grandes de vez en cuando, en medio de sus giras. Hablo de Gilad Hekselman, al que los que saben consideran un guitarrista internacional de excepción, acompañado de su nuevo trío, con Rick Rosato y Jonathan Pinson. Tres músicos, dice Marcos, de lo más destacado de la escena del Jazz actual en New York. No podéis entrar más de 50 personas en cada pase pagando de 15 a 18 euros, y dad gracias porque es un privilegio. Pero es que a las 22 tengo a mi amigo Aser Álvarez bloc en mano pasando lista en el auditorio municipal vigués, porque allí presenta su documental sobre Leiro, producto de 200 horas por Cambados, Nueva York y Madrid. No hay tiempo para nada, córcholis.

Y que "Hay pontes", cariños

Y que hablo con Rita Bouvy, hija de Jean-Louis Bouvy y Carmen Vilaboa, a la que sus amigos llamábamos "la Jocha" en tiempos pretéritos, ambos responsables en la Asociación de Enfermos Neuromusculares de Galicia. Pero Rita no me habla de pasado sino de presente, de esas "Xornadas Hai Pontes" que van desde hoy al domingo, que tienen detrás a ECOAR y al Teatro Ensalle. Incluyen intervenciones en la calle (Príncipe, Calvario...) y debates (puntos de confluencia). Me cuenta Rita que al margen de la importancia de las jornadas, hay una historia preciosa que acompaña a una de las compañías participantes protagonistas, el Teatro Trono, de Bolivia, cuyo fundador, Iván Nogales, está en Vigo. Ojo a esta compañía, que creo que es un mundo. Buscad el programa de las jornadas.

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