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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La coordinación

El oficio político que ahora se practica lleva con cierta frecuencia a episodios que incrementan las sospechas -ya muy generalizadas- de que en él se hace más evidente que en otros eso de que "el mejor escribano echa un borrón". Tesis que no siempre es producto del fallo mecánico en el ejercicio, sino de un lapsus de memoria, intencionado -por ver si alguien "pica"- o simplemente accidental. Pero sea cual fuere su causa, lo evidente es que el borrón permanece, sobre todo si los que se deberían encargar de eliminarlo tampoco hacen bien su trabajo.

Viene a cuento lo que se expone de la exhortación que el presidente Feijóo hizo, una vez más, para que los tres aeropuertos gallegos trabajen para alcanzar una coordinación que les permita especializar seguramente, y por tanto mejorar, sus prestaciones y su balance. Es algo necesario en lo que su señoría ha insistido muchas veces, y con él la práctica totalidad de las fuerzas políticas, económicas y sociales del país, aunque por el momento sin que se haya conseguido otra cosa más que -como señaló alguien con acierto- hacer de Oporto el aeropuerto de referencia en Galicia.

Ahora, don Alberto Núñez ha añadido otro dato a su exhorto: "si no se coordinan los alcaldes, lo hará por ellos el AVE cuando comience a prestar servicio". Y es más que probable que el jefe del Ejecutivo gallego lleve razón otra vez, aunque en esta, y acerca del ferrocarril, alguien podría replicar lo que Tenorio al Comendador cuando este lo emplazaba para el juicio final con su "largo me lo fiáis". Porque, en verdad, los plazos para esa obra no son ya ad calendas graecas, sino ad infinitum. Y si no, basta repasar las declaraciones de todos en estos ¡diecisiete! años.

Lo que representa una novedad es que hasta las últimas elecciones municipales, y cuando dos de los tres alcaldes de ciudades gallegas aeroportuarias eran del PP, la invitación presidencial a la coordinación se regía por la ley del embudo. Y mientras Vigo, con alcalde socialista, era vigilado con lupa a la hora de subvencionar vuelos low cost y abrir rutas nuevas, Santiago y A Coruña gozaban de una libertad de acción que solo dependía, para su éxito, de la propia "generosidad", con la Xunta mirando hacia otro lado o cerrando los ojos.

Dicho eso, y para ahorrarle tiempo a los juglares del oficialismo que tanto abundan, habrá que matizar que cuanto queda dicho no es un factor de localismo, sino un hecho demostrable de la mejor manera posible: con cifras. Como demostrable es el "olvido" del señor Feijóo en una materia que, bien planteada -y sobre todo justamente distribuida- tendría un apoyo generalizado. Primero, porque es urgente y beneficioso para todos y, segundo, porque si hay que esperar al AVE, habría de repetirse lo de Tenorio y su "¡largo me lo fiáis...!".

¿O no?

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