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Los pelotazos anulan la esencia del deporte

¿Puede permitir una ciudad la sustitución de los valores deportivos por los de la promoción inmobiliaria? El Celta de Vigo es un factor complementario pero integrador de los baluartes que representan a la sociedad viguesa. A propósito de Balaídos y la intención que podría haber detrás de esta operación, recuerdo las palabras de un personaje de Baudelaire que con tristeza se preguntaba: "Derrumbamiento, ¿pretendes llevarme en tu caída??". Parece que tras la sombra de Balaídos la primavera viguesa haya perdido su aroma al cambiar los valores que no son los deportivos por del valor del suelo.

El vigués Carlos Mouriño merece todo el reconocimiento por su gran labor como presidente del R.C. Celta de Vigo y por haber sabido sanear y gestionar el Club del equipo líder de esta Ciudad, con el apoyo de su masa social profundamente celtista y viguesa. Pero me descoloca su reacción con una amenaza que cae fuera de su estilo, al menos en apariencia, tras la reiterada advertencia de no existir marcha atrás en su decisión de buscar otro municipio en donde poder reubicar el césped del celtismo vigués. Dudo de esta faceta de Carlos Mouriño como líder coercitivo, por eso todavía confío en su reconsideración. Porque él sabe que Balaídos es público y está integrado en un espacio urbano, por eso la Corporación defiende esta propiedad que es de todos los vigueses y el poder de Mouriño no es inmensurable. Esperamos que el pronunciamiento del Alcalde de Vigo estimule el mejor entendimiento entre ambas partes, flexibilizando formas. Y desde luego, debemos abstenernos de entrometer a Balaídos en la mercadería de la recalificación y el juego político. Me refiero al intrusismo en la negociación, desde la Xunta de Galicia, al organismo rector del futbol galaico y concellos colindantes.

Comentarios frívolos afirman que en la sociedad actual todo tiene un precio, cuando los principios y valores ciudadanos no sólo no tienen precio, sino que ni siquiera están en venta. La estructura deportiva no es un instrumento especulativo para conseguir objetivos que no sean los deportivos como escuela de vida. Ciertos deportes de élite y el futbol en particular han ido perdiendo el valor añadido de la educación deportiva desde hace tiempo. Los rendimientos económicos están prevaleciendo por encima de los intereses deportivos. A pasos agigantados el futbol es absorbido por empresas muy fuertes que controlan el monopolio de este mundo deportivo, hasta el mediático. Incluso dominan el entramado inmobiliario especulativo y corrupto de ciertos equipos peninsulares, capaces de recalificar terrenos deportivos para transformarlos en auténticos pelotazos en la reventa de terrenos históricos de la ciudad. Les dice algo los ejemplos de los estadios Mestalla en Valencia, Levante, Murcia y Zaragoza, Sevilla, Betis, Jaén y otros más? Llegados aquí el futbol ya no es deporte. Los pelotazos urbanísticos linchan el entusiasmo deportivo del futbol.

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