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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

La sobrina de Valle-Inclán

Hace años, bastantes supongo, y de viaje entre Vilagarcía y Cambados, vi a la altura de Vilanova de Arousa dos indicadores en la carretera en los que se avisaba de la existencia próxima de la Casa Museo de Valle-Inclán y del Museo dos Irmáns Camba. Como soy admirador de esos literatos seguí la dirección de la flecha y me interné en el casco urbano de Vilanova. Pregunté a varias personas sobre el paradero de los museos anunciados en la carretera pero nadie me supo responder. Y tampoco había una señal que pudiera guiarme.

Vilanova no es un pueblo demasiado grande pero antes de ponerme a callejear sin sentido entré en una panadería en busca de ayuda (los panaderos tienen justa fama de ser gente bien informada). Por fin, allí me explicaron que museo no conocían ninguno pero que no muy lejos había una casa de piedra que era de la familia del autor de las Sonatas, y que en la tal casa, aunque no estaba habitualmente habitada, solía acudir a diario una sobrina del escritor que quizás pudiera darme razón sobre lo que buscaba. Me fui para allá, llamé a la puerta y me abrió una señora mayor y muy delgada que me miró inicialmente con cierta desconfianza. "¿Es esta la casa museo de Valle-Inclán?, le pregunté haciéndome el simpático. "La casa sí es de la familia -me contestó un tanto abruptamente- pero de museo nada de nada. El alcalde se atrevió a poner unos carteles en la carretera y no vea la cantidad de gente y de excursionistas que vienen hasta aquí con la misma pretensión que usted. Y algunos hasta se insolentan si no les dejo entrar a ver el dichoso museo. Los últimos, unos japoneses que no pararon de hacer fotos de la fachada".

Me disculpé por haberla importunado y ya me marchaba cuando cambió de tono y me ofreció entrar en la casa. "Como usted verá aquí no hay nada, la casa está vacía y yo vengo a diario para abrir las ventanas y que no se la coma la humedad. Lo del museo es una broma del alcalde y de las autoridades que prometen mucho pero no hacen nada". Antes de irme, me enseñó una foto de un Valle-Inclán joven y comentó: "¿A que está muy guapo Ramón?"

La pesquisa para conocer el paradero del Museo dos Irmáns Camba también fue muy laboriosa. Nadie sabía nada de una institución tan pomposamente anunciada. Hasta que alguien me recomendó que preguntase en el Ayuntamiento. Y casualmente allí estaba. El mencionado museo consistía en una vitrina no muy grande dentro de la cual había fotos, unas cartas manuscritas, una pluma y algunos libros. Imagino que el humorista le hubiera sacado punta al modesto homenaje institucional.

Me viene esto a la memoria después de haber leído un estupendo reportaje de Sonia Vizoso sobre el lamentable estado de conservación en que se encuentran la Casa Museo de Valle-Inclán en Vilanova de Arousa y la del mismo escritor en A Pobra. (Con una ínfima parte del presupuesto de mantenimiento de la inacabada Ciudad de la Cultura se arreglaba el problema).

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