Faro de Vigo

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De la Ruibal y Kruckenberg

Hace tiempo que no veo a la cantante Ángeles Ruibal y a Eduardo Aldiser, a pesar de que viven en Cangas. Anda nuestra Ruibal con su último disco ya en las manos, nutrido por los poemas de Mary Carmen Kruckenberg, que se nos fue ya tras una vida clamorosa. Ocho canciones en gallego y cuatro en español. Estoy oyendo mientras escribo su "Acóchate en min" y me viene a la mente aquella viguesa superior a la que también hicimos las Memorias, ricas en historia personal y familiar. También la tiene la cantante y me pregunto a cuántos poetas gallegos, españoles, del mundo habrá musicado y cantado ya la Ruibal, madre de la finísima poeta Gabriela Vaquero Ruibal, que habita en Vigo y de la que brilla no solo su capacidad de componer, sino la de recitar. Hace poco que su madre, Ángeles, musicalizó el poema "O meu berro é non", escrito por Fina Casalderrey, dedicado a las mujeres maltratadas. Ya sé, ya, que estos días gozan en su casa de la visita del periodista radiofónico argentino -como Aldiser- Luis Leoni Ratto ¡Bienvenido!

Aldiser y el chileno Tucu

Digo que hace tiempo que no la veo a ella y a su compañero, Eduardo Aldiser, pero este profundo conocedor y divulgador del tango, de larga historia con la radio como instrumento (tiene ahora también su canal en Internet, Aldiser Radio), me comentaba el otro día por escrito una curiosa anécdota. Me decía Aldiser que no salía de su asombro cada vez que oía "el chileno Tucu Hernández", referido al jugador del Celta. "Fíjate -explicaba-, Tucu viene de tucumano, es decir: de la provincia argentina de Tucumán, Tiene de chileno lo que yo de senegalés. Pero no es nuevo. Cuando llegué a España en los '80, entrenaba al Real Valladolid el rosarino Vicente Cantatore, que los llevó a sus hitos más importantes. Otro tanto... chileno! La razón es que tanto el uno como el otro adoptaron la nacionalidad chilena para poder jugar en la selección trasandina, como ocurre con otros muchos jugadores de las dos selecciones fuertes, Argentina y Brasil

De cine primaveral y vigués

Hace 120 años cientos de vigueses contemplaban asombrados la primera proyección cinematográfica en la ciudad, experiencia que solo tenían quienes de ellos habían viajado por el mundo. Era 1897 y el Tteatro-Circo Tamberlick estaba lleno de un público expectante ante el que se proyectaron 12 cortos de los hermanos Lumiere. Ya no está allí tal cine, que forma parte de la memoria más emotiva de esta ciudad, pero el sábado pasado, otros varios cientos de tataranietos de ellos -entre ellos Antonio Durán "Morris"- presenciamos al aire libre, en el mismo lugar en que estuvo el cine, las mismas películas, con la música en directo del Caspervek Trío. Fue el modo en que el Festival Primavera de Cine vigués que dirige Juan de Castro inauguró su andadura este año, en que cuenta con 14 largometrajes, 27 cortos y 22 trabajos audiovisuales. ¡Cuánto trabajo con qué escasa ayuda! ¡Cuánta voluntad de colaboradores! Teneís ya por ahí un programa de lo que se propone.

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