La mayoría de la gente intenta no malgastar su dinero. No siempre lo consigue. En ocasiones porque las cosas no salen como uno esperaba. En otras, porque la decisión le trasciende, al ser resultado de mandatos o compromisos. Finalmente, es cierto que también cabe la posibilidad de que no haya habido la reflexión previa suficiente. De hecho, si se trata de muy poco dinero, hasta es racional no pensar demasiado: no tiene sentido dedicar dos horas de tu tiempo en pensar si uno se compra o no un periódico. Pero la norma es que cuando se trata de una cantidad de dinero sustancial, lo que impera es buscar, comparar y evaluar

Intentemos trasladar todo lo anterior al ámbito público. La lógica funciona hasta donde aparece la partícula "pero". En lo público podemos decidir gastar decenas o cientos de millones de euros en infraestructuras o en programas de gasto corriente sin una reflexión previa acorde a la dimensión del dispendio, sin que exista un debate público y transparente sobre costes y beneficios de la actuación, basado en el trabajo de expertos independientes y rigurosos que ofrezcan estimaciones o intervalos para unos y otros. Y es incluso posible que el individuo frío y calculador, que en su casa analiza el cambio de automóbil, firme con alegría y laxitud proyectos de grandes obras cuando acude a su puesto de responsable público en cualquier nivel de gobierno.

Esto no puede seguir siendo así. Parece que no hemos aprendido nada de los graves errores cometidos en la etapa del boom. Con un poco de rigor, nos habríamos ahorrado miles de millones de euros en España y, por inclusión, en Galicia. Urge que alguien se tome en serio lo de la cultura de evaluación en el ámbito público, que el control del gasto no se limite al control de legalidad o al de evitar el desvío y malversación de fondos. Esto es, sin duda importante: la experiencia lo demuestra. Pero no es suficiente. La Xunta de Galicia es líder en cumplimiento de compromisos de déficit y rigor fiscal. Y así se lo reconocen en el resto de España. ¿Por qué no puede serlo también en ese cambio cultural?

*Director de GEN (Universidad de Vigo)