El campeonato provincial de silvestrismo que se celebró ayer en las pistas de atletismo de Cangas distó mucho de una prueba deportiva. Sin embargo, no por ello estuvo carente de competitividad. Los educadores de los pájaros demostraron que se conocían bien entre ellos, al coincidir en los torneos cada primavera, pero también mostraron mucha rivalidad. Eso sí, en todo momento tiraron de buen humor y al final, una vez repartidos los trofeos, incluso compartieron unos pinchos a base de tortillas, embutidos y empanadas. Y es que una cosa es la competición y otra cosas es acabar enfadados como si se tratase de un clásico de fútbol. Los amantes de los pájaros demostraron que son personas de costumbres exquisitas.