Los debates de esta semana en A Toxa, al abrigo del Encuentro anual del Foro Económico de Galicia, pusieron en evidencia que avanzamos en muchos frentes, pero que no por ello la lista de tareas pendientes deja de crecer. Sobre todo, porque vivimos un momento de disrupción, de cambio de paradigma que exige pensar mucho y rápido antes de actuar. Da igual que hablemos de administraciones públicas, empresas o universidades. En particular, las administraciones deben reformarse a fondo, para que la burocracia deje de ser un freno al emprendimiento en el sector privado, pero también en el público. El control y el castigo no son incompatibles con la agilidad administrativa. No podemos seguir tardando más de un año en firmar un simple convenio o tardar un lustro (o dos) en un trámite urbanístico. Quizá eso era soportable en la España de hace medio siglo. Hoy no lo es.
La Xunta debería crear un comando independiente, competente y valiente que identifique todos los procedimientos que pueden ser suprimidos o simplificados, hablando para ello con empresarios, ciudadanos, asociaciones y funcionarios. No es normal que se le exijan las mismas garantías y controles a una operación de cientos de euros que a otra de cientos de millones. Esta línea de reforma encaja con las recomendaciones específicas para Galicia en el último informe de la OCDE sobre gobernanza pública. De hecho, estoy convencido de que nos vendría bien aprovecharnos de la experiencia de esta institución para mejorar. La OCDE estaría encantada de ayudarnos. Lo que necesitamos es que la Xunta recoja el guante.
Por otro lado, la reunión puso en evidencia el rol capital de la universidad como cerebro auxiliar de toda la Sociedad gallega. En este caso, el desafío es ampliar las iniciativas en curso y convertir a las universidades en las abanderadas en la flexibilidad y agilidad de la administración pública. No podemos ayudar a resolver los problemas de la Sociedad al ritmo medio de los expedientes administrativos. Y creo que en este frente la Universidad de Vigo, por su porosidad y su estrategia sostenida desde hace mucho tiempo, debería ser el espacio para las experiencias piloto de la Xunta.
*Director del Foro Económico de Galicia
