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Inaugurada a bombo y platillo por el presidente Albor

Doce años después de la iniciativa lanzada por Alfredo García Alén, la fuente luminosa se hizo realidad durante el primer mandato de José Rivas Fontán al frente del Ayuntamiento.

La corporación municipal aprobó 15 de enero de 1982 una mejora de la Alameda y su entorno, con la instalación de un nuevo alumbrado, y el proyecto englobó la fuente luminosa. Su ejecución dentro del Programa de Acción Municipal (PAM) fue encomendada a Construcciones Crespo por un importe de treinta millones de pesetas y un plazo de dos meses, que luego se alargó un poco más.

El entronque técnico de la fuente luminosa con el monumento a los héroes de Pontesampaio respondió a un proyecto elaborado por el ingeniero municipal, Enrique García Quintela. A su conocida bonhomía remito hoy cualquier malintencionada consulta.

En síntesis, la fuente luminosa con juegos de agua y luz se materializó sobre un estanque de hormigón armado que rodeó la base del monumento. Seis chorros verticales de 3-4 metros de altura en la parte trasera, otros diez chorros parabólicos de 2-3 metros de altura y seis chorros verticales más a cada lado de los anteriores, de 6-8 metros de altura, configuraron el vistoso conjunto con agua pulverizada. Su coste final superó los doce millones de pesetas.

García Quintela realizó su trabajo con esmero y antes de su estreno oficial hizo varias pruebas de vaciado y llenado del estanque, así como del funcionamiento automático del dispositivo hidráulico.

Cuando todo estuvo dispuesto, el alcalde pontevedrés transmitió al presidente de la Xunta una invitación formal para asistir a la inauguración de la fuente luminosa. Con anterioridad Gerardo Fernández Albor había acudido a la entrega del estandarte al Regimiento de Artillería de Campaña nº 28 en la Alameda, pero nunca había realizado una visita oficial al Ayuntamiento de Pontevedra. Rivas Fontán hizo coincidir ambas cosas

El día señalado fue el 4 de abril de 1983, lunes de Pascua.

El alcalde se esforzó al máximo por agradar a un invitado tan especial, a quien entregó la llave de la ciudad y declaró "huésped de honor". Entonces Rivas Fontán no había formalizado todavía su trasvase político de UCD a AP, hecho que materializó pocos días después para encabezar la candidatura municipal de Alianza Popular, que luego obtuvo un gran resultado electoral.

Tras la recepción del Ayuntamiento, Albor y Rivas inauguraron primero el nuevo alumbrado de la Alameda y luego presenciaron la entrada en funcionamiento de la fuente luminosa. El artilugio satisfizo en general las expectativas levantadas, aunque no se libró de algunas críticas. Numerosos pontevedreses siguieron de cerca estos actos, que concluyeron con una verbena popular en la avenida de Montero Ríos.

La fuente luminosa tuvo una vida efímera y el monumento a los héroes de Pontesampaio recuperó su espacio original donde sigue instalado, con más de cien años de existencia desde su inauguración a bombo y platillo en 1911.

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