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¿Burbuja? ¡Qué va!

Vuelve a subir el precio de la vivienda, en algunos lugares a velocidades preocupantes y en cualquier caso perturbadoras para un escenario de inflación contenida y bajo precio del dinero. Pero el sector y sus analistas dicen que no debemos preocuparnos, que no hay burbuja, sino tan solo una normalización del mercado. Es justamente lo que estuvieron diciendo justo antes de que la burbuja estallara hace una década tras hincharse sin mesura durante los años locos, aquellos en que el dinero también era abundante y barato. Vale que la las generaciones están condenadas a repetir los errores de sus abuelos, y no hay más que ver el auge de los populismos y el desprecio a la búsqueda de la verdad, pero ¿estamos también condenados a repetir los errores cada diez años?

El PIB sube pero la capacidad adquisitiva de los asalariados no sigue el ritmo, y el estiramiento del acordeón lleva a muchos de ellos a ver cómo año tras año se reduce la capacidad adquisitiva de sus ingresos. De nuevo es posible ser pobre con un empleo a jornada completa. Y mientras tanto los alquileres de algunas zonas se tornan inasequibles y sus habitantes de toda la vida se ven expulsados porque no pueden seguir el ritmo. Pero no pasa nada, dicen los expertos del sector; simplemente el mercado se está "sobrecalentado" en lugares muy determinados. Esto no se puede considerar una burbuja, afirman; quienes sufren aquel calentamiento pueden emigrar a periferias metropolitanas y a pueblos de la provincia, donde los precios son asequibles. Y luego, con un inmenso cabreo, van a votar a quienes prometan venganza contra el sistema.

La gran respuesta de los gobiernos ante la crisis, especialmente tras la recaída, ha consistido en soltar algunos de los frenos que impedían la devaluación interna por la vía de los salarios. ¿Se ha legislado acaso para impedir la persistencia en los errores pasados, y especialmente la reaparición de las burbujas, que lleva sin remedio a su estallido? ¿Actúa la administración pública, con la fuerza de sus grandes presupuestos, para incidir como agente en el mercado, o espera que este se autorregule a pesar de que nunca lo ha hecho? Se dice que en todo problema hay una oportunidad, pero parece que del problema de la crisis no se ha aprovechado la oportunidad de aprender.

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