Se publica que el pasado 1 de abril la comunidad de Cabral pedirá al Aeroclub las llaves del campo de golf, al presentarse el ERE, suponiendo el fin de la actividad. En este tema se intenta hacer un llamamiento a las dos partes y aclarar ante la opinión pública las posturas de ambas y sus posibles consecuencias, a mi modesto entender.

Aclaro que soy jugador aficionado de golf, que no soy socio del Aeroclub, lo soy de otro, pero le tengo un especial cariño por haberlo sido tres años allá por los ochenta y ser donde aprendí a jugar.Con respecto a la comunidad de montes de Cabral, no tengo relación más que el respeto propio a esa entidad.

Desde la perspectiva de tanto tiempo y las noticias de prensa, un análisis objetivo de la situación supondría:

Posición del Aeroclub. Es claro que no puede pagar una renta superior a los 75.000 e al año, so pena de desaparecer. Tal importe son las cuotas anuales de casi 100 socios de un total de 500, y, además del arrendamiento, existen necesarios gastos de personal y mantenimiento del campo que impiden destinar más fondos a la renta. Imposible pagar el doble. Supondría cuotas del 50% de los socios. No es un capricho, no puede hacer otra cosa, si no se acepta su propuesta desaparecerá como entidad y sus socios seguirán jugando al golf en los clubes próximos. Claro que existen fórmulas de incremento del arrendamiento futuro que sí serían factibles. Piénsenlo ambos.

Posición de la comunidad. Quiere que el Aeroclub continúe, pero entiende que el precio del arrendamiento es barato con toda legitimidad, pues es la dueña de los terrenos y pretende incrementarlo en más de un 150%.

El precio de los arrendamientos depende de las partes y del mercado. El acuerdo entre las dos partes es imposible en ese nuevo precio. No puede asumirlo el arrendatario. Es como si el Concello dijese que quiere que el Celta siga en Balaídos, pero pide 5.000.000 e de renta al año. El Celta no desaparecería, pero se iría a jugar a Pasarón.

Parece ser que hubo tres ofertas para el campo el año pasado sin prosperar. No llegaban a lo que ofrece el Aeroclub. Lógico, como campo de golf, no es viable.

Y a tal respecto las partes interesadas en este asunto son entidades sin ánimo de lucro. Su fin no son los negocios ni los beneficios económicos. Son otros sus fines.

Hay otras consideraciones. Los terrenos en litigio no fueron comprados por la comunidad. Se les adjudicaron sin más por unas sentencias. En ellos existen cuantiosas inversiones realizadas por el club arrendatario, un campo de golf, local social, edificios, piscina, etc. que han revalorizado los terrenos. A destacar la solvencia que ofrece el cub, que da seguridad frente a nuevas actividades.Si un club con 500 socios no puede pagar más de 75.000 euros, otro club de petanca, tiro o tirolinas, sin socios, cómo podría pagar 150.000 e...

Existe limitación de actividades por la servidumbre aeroportuaria del aeropuerto.Impide nuevas construcciones y obliga a cuidar la zona lo que realiza el campo de golf. Y respecto a los trabajadores,ya se están defendiendo ellos muy bien.

Y, concluyendo, objetivamente, existen dos alternativas:

A. La deseable. Lleguen a un acuerdo las partes y se continúe con el arrendamiento y campo de golf.

B. Se rompan las negociaciones y la comunidad resuelva quedarse con los terrenos y las instalaciones.

Cabrían dos variantes: la primera, que la comunidad decidiese cerrar el campo, destinarlo a monte y no continuar. Supondría la pérdida de un activo (unos 2.000.000 e) y perdería una instalación deportiva exigida por Vigo y congresos, turismo, negocios, etc. Los terrenos tendrían que cuidarse (servidumbre aeroportuaria) con coste económico.

La segunda variante admite dos subvariantes: que la comunidad decida continuar con la explotación del golf o se la ceda a un tercero, abierto al público. No es novedoso, el campo de golf del Aeroclub ya es abierto a todos, eso sí, con sus requisitos. En golf, para jugar, es obligatorio estar federado y pagar los derechos de juego; si esa propuesta de golf público fuese para jugar gratis, sería inviable. Los gastos de explotación de un campo de golf como el de Peinador suponen unos 500.000 euros anuales, personal incluido, y solo se pueden obtener a través de los pagos de los socios, por cuotas o derechos de juego. Si el Aeroclub, con más de quinientos socios, está equilibrado en su presupuesto, que ocurriría con una nueva entidad, a la que abandonarían esos quinientos socios, en respuesta a la expulsión de su club y con un cierto rechazo por el resto de jugadores. Sus ingresos serían mínimos. En el Aeroclub hay una escuela infantil de golf de sesenta niños vigueses, tan niños y vigueses como los hijos de los comuneros. También desaparecerá.

Impere pues el buen sentido. Muévanse por criterios deportivos, culturales y sociales, olvidándose de lo exclusivamente económico y haciendo honor a su definición y fines: entidades sin ánimo de lucro.