Una jugada de éxito siempre suele ser imitada; el problema son los malos imitadores. La transición española se inicia, desde el punto de vista legal, con aquella jugada maestra de Torcuato Fernández Miranda para transitar "de la ley a la ley", es decir, de la legalidad franquista (producida por Franco) a la de la democracia (fruto de la representación popular). Ahora bien, hay un "detalle" decisivo: la legalidad franquista no era democrática, y por tanto salirse de ella mediante el voto libre era plenamente democrático. La desconexión que ahora se pretende es la ruptura de un compromiso histórico, un pacto constituyente aprobado por el Congreso por 326 síes, 14 abstenciones y solo 6 noes. Ningún diputado catalán votó en contra, solo 1 se abstuvo. Luego fue ratificada en referéndum con casi el 90% de los votos en el conjunto nacional y un porcentaje algo mayor en Cataluña.