Como siempre, las prioridades de unos, en este caso de los ciudadanos, no suelen coincidir con algunos de los grupos políticos del concello. Y aun a riesgo de que ciertas consideraciones se puedan ver con las lentes de la demagogia, la realidad no se puede negar, aunque para determinados personas que circulan por la política local, si se puede transformar, como hacen habitualmente. El episodio más reciente, de ese libro con líneas torcidas y borrones de entendimiento, está relacionado con una cuestión de estado municipal: el reparto de puestos de confianza, exclusividad de concejales y fondos para los grupos, todo por cuenta del erario público. Señalan al líder de DO, Pérez Jácome, de abrir la caja de la polémica, al proponer cambiar dedicaciones exclusivas por personal de confianza, que no tendría coste añadido, según pregonó. Desde ese mismo momento comenzó el baile de intenciones y, sobre todo de intereses. Y en eso emerge la figura del alcalde, Jesús Vázquez, que con el estribillo del entendimiento realizó una propuesta al alza, para, según proclamó, que "no se fastidie a nadie". La viva imagen del pacificador de grupo ajeno, en este caso DO, en el que existe un conflicto de grado sin determinar en la escala municipal. A esa alza, como no podía ser de otra forma se sumó el PSOE, y a OUeC le daban 48 horas para presentar propuesta. Está claro, aquí el consenso es para este tipo de cuestiones. Las otras, que esperen. Y como dice Eligio Nieto: "que se joda la ciudad".