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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La eternidad

Ahora mismo y a la vista de como se manejan las fechas en sede judicial, no son pocos ya los que empiezan a pensar que la operación Pokemon va todavía para muy largo. Tanto que unos cuantos hablan -con ironía- de que durará "hasta la eternidad". Y a juzgar por la última citación -que no quiere decir la del cierre del asunto- es para el mes de abril; si se tiene en cuenta que hay al menos un centenar de encausados, y que es muy posible que aparezcan varios más, el plazo marcado medio en broma podría resultar en serio.

La operación ha sido ya por su itinerario y por sus modos objetos de la protesta de abogados, implicados, afectados y demás hueste pendiente de la cuerda floja. Incluso los colegios profesionales de la abogacía y el general de Galicia lamentaron por escrito lo que está ocurriendo con Pokemon, aunque el destinatario de la queja, el Poder Judicial, parece no haberse dado todavía por enterado. Y eso que han pasado cinco años desde que nació la cuestión.

Desde entonces, la situación no ha hecho sino empeorar. Queda dicho que hay más de un centenar de investigados y que en su inmensa mayoría pertenecen política o profesionalmente al ámbito de la administración local. Y eso quiere decir que, además de los investigados, está bajo sospecha buen número de concellos e incluso alguna diputación. Así las cosas no se le puede pedir en serio a la gente del común que confíe ni en unos ni en otras.

A la vez, la lentitud de todo el procedimiento hace cada día más probable el viejo lema de que una justicia lenta es una justicia injusta. Si fuere, finalmente, así, el daño que se estaría causando a quienes puedan resultar inocentes -y ya van unos cuantos casos de sobreseimiento, si bien en piezas separadas- y a los contribuyentes relacionados con aquella administración podrá llegar a ser mayor que el mal que la justicia trata de erradicar. Tal cosa si que quedaría grabada en los anales y para la eternidad.

¿No?

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