Durante sus comienzos periodísticos en los años 30, Sprinter tuvo la fortuna de compatibilizar sus dos pasiones: el deporte y el periodismo.
En la Guerra Civil llegó a escribir alguna crónica desde el frente de batalla. Tras concluir la contienda, el periodismo se convirtió en una pseudo profesión que no daba para vivir. Y una vez afincado en Pontevedra, Avelino García Fernández se hizo en funcionario de la Organización Sindical.
Como el gusanillo estaba dentro, Sprinter retomó sus colaboraciones en la prensa gallega y nacional. Probablemente él fue el corresponsal más prolífico que hubo nunca en esta ciudad, con permiso de Benigno de la Torre. A saber:
Sprinter escribió primero en "El Ideal Gallego" y "La Noche" de Santiago. A mediados de los años 50 pasó a "El Pueblo Gallego", donde estuvo otra larga temporada. Más tarde saltó a "La Voz de Galicia", con local propio en Cobián Roffiñac. Y finalmente se asentó en "Diario de Pontevedra" como redactor, aunque no fue cooperativista. También ejerció como corresponsal de "Arriba" de Madrid y "La Vanguardia" de Barcelona, entre otros medios.
