Tras 19 meses de crecimiento imparable ya nadie puede cuestionar que cuando se le deja, libre de cadenas y vetos, Peinador vuela. Y mucho, a una velocidad sin parangón en España. En enero sin embargo ese sprint del aeropuerto vigués por recuperar el tráfico que perdió durante años de competencia desleal se ha frenado. Y por una causa que nadie entiende.

La decisión del Imserso de primar a Lavacolla en sus viajes no solo ha arañado a Peinador 23.000 plazas. Ha perjudicado a muchos usuarios de Vigo y su comarca que ahora se ven obligados a trasladarse hasta Santiago -con las molestias y el derroche de tiempo que eso les supone-, para coger un vuelo que podrían tener en Peinador.

No se entiende ese desprecio del Imserso, un organismo público, hacia sus usuarios. Y menos se entiende aún las razones por las que lo hace. Según las propias estadísticas de Aena, las aerolíneas que cubrían esas rutas en Vigo en 2015/2016 alcanzaron ocupaciones de más del 75%. ¿Alguien lo puede explicar?