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la mirada

"Fuego amigo" con el AVE

| Alta velocidad. 2010, 2012, 2015, 2018 y 2019. Al menos cinco fechas diferentes para la llegada de un tren, que supuestamente es rápido, muy rápido. ¡Galicia está en el fin del mundo, pero Madrid no está en el extremo opuesto! El AVE, cuando llegue, le habrá pasado como a las autovías de conexión con la Meseta, anunciadas en 1990 por Manuel Fraga y Javier Sáenz de Cosculluela, entonces ministro de Obras Públicas, y no culminadas hasta 2012. No será mérito del Gobierno de uno u otro partido, sino de los gallegos, por su paciencia. Si la última fecha dada, finales de 2019, fuese cierta, habrán pasado 27 años desde que Sevilla tiene AVE y 11 años desde que Barcelona y Madrid están conectadas por alta velocidad. Dice el presidente de la Xunta que comprende el "escepticismo" de los gallegos ante el anuncio del ministro De la Serna de que el AVE llegará ahora dentro de dos años: "Nos han engañado desde 2010 hasta ahora", espetó sin distingos. La acometida de Feijóo, disparando a todo, causó enorme estupor en Moncloa, donde saben bien que el peor fuego siempre es aquel que procede de las mismas filas. El temido "fuego amigo". Y no salen de su asombro por el trato injusto recibido del ínclito después de todo lo que se hizo por el AVE en esta legislatura. Porque quién sino Ana Pastor mantuvo vivo el AVE gallego en medio de la mayor crisis económica de la historia; quién sino resistió contra capa y espada las embestidas de catalanes y vascos para tumbarlo; quién sino su ministerio invirtió 3.521 millones en el AVE a Galicia en la legislatura 2011-15 en la que España afrontó enormes dificultades presupuestarias, y 1.077 más en 2016; quién sino ella remató el puente del Ulla y culminó el Eje Atlántico; o remató para que Vigo fuese la última gran ciudad en la que el tren entrase soterrado; quién sino ella salvó la estación de Urzáiz de las fauces de quienes querían cargársela dentro incluso de su partido (por cierto, que mal harían esos mismos en seguir embarrando el campo ahora que, gracias a su gestión, el complejo Mayne puede ser realidad si la Xunta deja de una vez por todas de enredar y le da el plácet urbanístico definitivo para que Adif pueda adjudicarla sin más demoras). Quién sino Ana Pastor sacó adelante el desdoblamiento del puente de Rande, quién logró rebajar el peaje ida y vuelta entre Vigo y Pontevedra dando respuesta a una demanda histórica... Eso y más hizo la ministra de Fomento de Rajoy. Por eso quienes hicieron todo eso posible están estupefactos ahora con la procedencia del "fuego amigo" y no acaban de creerlo. Pero sí.

| Presupuesto. Más de mil enmiendas y solo una del BNG, y de carácter menor, fue asumida por el PP. ¿Tan mal hicieron los deberes las tres fuerzas de la oposición, que ninguna de sus sugerencias para mejorar las Cuentas de la Xunta mereció ser considerada por el partido en el poder? La legislatura parecía que arrancaba con cambio de estilo. A la toma de posesión de Alberto Núñez Feijóo, incluso asistían los tres portavoces de los grupos parlamentarios de la minoría. Las apelaciones al diálogo, al acuerdo, al consenso... eran frecuentes desde las filas del PP y el bando socialista, con Xoaquín Fernández Leiceaga, parecía receptivo. El Partido Popular en Galicia no necesita de otras fuerzas para sacar adelante los presupuestos, pero ¿tan mal eligieron casi 645.000 gallegos a sus representantes el pasado 25-S? ¿Tan equivocados estaban el 45% de los electores el pasado septiembre o lo del PP fue solo el no por el no?

| "Irrespirable". "Es fundamental que haya una presencia mayor de mujeres en todos los ámbitos y que los hombres seamos capaces de renunciar a ciertas formas agresivas, arrogantes y poco empáticas que a veces hacen la política irrespirable. Y esto yo soy el primero que se lo tiene que aplicar". Así entonaba el mea culpa a finales de noviembre del año pasado Pablo Iglesias, tras haber desatado un incendio en las redes sociales por sus declaraciones sobre la feminización de la política. Aquellas en las que explicaba que ésta no pasa porque "haya más mujeres en los cargos de representación, que está muy bien que ocurra, si no por construir comunidad en los barrios, en los centros de estudio, en los centros sanitarios, en los centros de trabajo, eso que tradicionalmente conocemos porque hemos tenido madres, que significa cuidar". Pues a Carolina Bescansa, una de sus compañeras y fundadora con él de Podemos, el pasado miércoles se le debió hacer "irrespirable" la situación en el partido que alumbró junto a sus compañeros de facultad y decidió apearse. Quizás, la gallega de Podemos, la diputada que se llevó a su hijo Diego a darle el pecho a la sesión constitutiva de las Cortes, quería "construir comunidad y cuidar" a los suyos de Podemos, pero las formas "agresivas, arrogantes y poco empáticas" de sus compañeros la desanimaron. Bescansa intentó ejercer de "madre" de Podemos, como diría Pablo Iglesias, y que reinara la paz en la casa familiar, pero el líder olvidó su acto de contricción, y Bescansa, pensaría, que bastante tiene ya con sus dos retoños en casa. Así que esta compostelana de 46 años da un paso atrás. No se va ni del Congreso ni de la organización, pero sí deja la dirección, ante "el choque de trenes" que, según sus propias palabras, protagonizan Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, pues se niega a "sumarse a uno de los vagones y echar más carbón". Bescansa, hasta ahora secretaria de Análisis Político y Social y profesora de Metodología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en la Complutense, se declara "insumisa ante ese eje de confrontación". Quiso poner sentidiño en una organización, que corre el riesgo de morir de éxito, por sus dificultades para gestionar el pasar de la nada a ser el tercera fuerza política de España en menos de cuatro años. La experta de las encuestas de Podemos intentó erigirse en tercera vía, buscar un punto de encuentro entre los polos opuestos en que han terminado por convertirse Iglesias y Errejón, pero falló. Quiso dotarse de un perfil propio, sin embargo tomó la iniciativa demasiado tarde, la fuerza morada ya se había polarizado entre Iglesias y Errejón y ella se quedó sin sitio. No hay espacio para dos líderes, ¡cómo va a haberlo para tres!

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