Pero, por errores que haya cometido el PP, el independentismo traspasará todos los límites si convoca un referéndum ilegal. Violentar el orden constitucional es revolucionario? y punible. E incluso el tribunal constitucional alemán ha dictaminado que Baviera, su "lander" más importante, no es soberano.

El independentismo, víctima del binomio entusiasmo-sectarismo, se ha salido del campo de lo razonable e ignora a los votantes catalanes que en las elecciones del 2015, que se querían plebiscitarias, dio a sus listas "solo" el 47,8% de los votos. Un 47,8% es mucho, pero no es ni el 51% ni una mayoría cualificada. Era un porcentaje muy alto que permitía exigir negociar pero no proclamar la independencia unilateral -como Mas dijo que haría- ni saltarse el orden constitucional.

Hemos llegado a un punto de difícil retorno: el Estado no va a permitir el referéndum ilegal que Puigdemont insiste en convocar. Y ha empezado la guerra -esperemos que solo sea jurídica, mediática y de nervios- que va a tener a Cataluña y a España medio paralizadas y que puede tener consecuencias muy negativas.