Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sólo será un minuto

Deja de darte largas

Toni: "A veces das largas al cierre de una situación que te envenena lentamente porque esperas a que las circunstancias lo hagan por ti y te ahorren ese mal trago. Es una cobardía, lo sé, pero que levante la mano quien no se esconda cuando le tiren la primera piedra. Instinto de supervivencia, en parte, y en parte poca confianza en uno mismo. Recelos de tu propia fuerza de voluntad apelando siempre a causas ajenas. Escasa autoestima que te vuelve, paradójicamente, un egoísta de libro. Cautivo de tus renuncias. Lo veo a menudo a mi alrededor: parejas que mantienen con vida una vía cadáver, cargándose de razones para el día que explote la sinrazón; asalariados que aguantan con el calendario lleno de minas y la mirada avinagrada en su puesto de trabajo intentando que nadie note su odio hacia lo que hace y hacia los que le rodean (o haciendo todo lo posible para que lo noten y llevarse por delante a unos cuantos optimismos cada mañana); hijos que callan, padres que consienten, o viceversa; amistades en ruinas que se mantienen en pie sólo porque nadie se atreve a tacharlas del mapa social, no vaya a perjudicar tus coordinadas de confort. Lo veo siempre cuando me paro a hacer balance de mi propia existencia. Insistiendo en mis debes para no llorar por mis haberes.

A día de hoy, y hoy es un día aceptable en términos de aceptación de limitaciones, necesitaría al menos media docena de candados para limpiar mi vida de cadenas. No me refiero a esos candados que ponen las parejas cursis en los puentes, profecía de desamores venideros y óxidos sentimentales. Me refiero a los candados que impiden el paso a más días de abatimiento e indiferencia sometidos a la implacable necesidad de mirar hacia otro lado cuando los reproches vienen a por ti y pronuncian tu nombre. Pero no me atrevo a usarlos. Me protejo de mi propio valor pensando que es pronto para hacer daño a los demás y que aún puedo aguantar un tiempo más haciéndomelo a mí mismo. Y sigo esperando a que el final de lo que ya no tiene remedio decida por mí y se tome la molestia de hacerme creer que la última decisión fue mía. Quizás eso me sirva para limpiar la memoria de residuos tóxicos".

Compartir el artículo

stats