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La semana de A Ferrería

Alternativa a Lupe, mejor en conserva

La presidenta del Pontevedra C.F., Lupe Murillo y su consejo de administración se han encontrado en la junta de accionistas celebrada esta semana con la sorprendente petición de su cese por parte de un grupo empresarial que posee el 33% de las acciones.

La oposición a la empresaria de Pescamar está liderada por los hermanos Abal, propietarios también de varias conserveras ubicadas en O Salnés y Arousa que han ido comprando las acciones de los expresidentes granates Nino Mirón y Mauricio Rodríguez y del que fue director deportivo Milo Abelleira.

Lo llamativo de esta alternativa es que aparece justo en el momento más inoportuno, cuando el Pontevedra, tanto a nivel económico como deportivo rinde balance positivo y tranquilizador. El actual Consejo logró rebajar en 600.000 euros la deuda de 1.800.000 que se encontró al asumir el cargo hace tres años; y el pasado martes presentó un superávit de 77.000 euros. En lo deportivo han cumplido con creces, al lograr salir del pozo de la Tercera y estar esta temporada en puestos de play off con claras opciones de jugar la fase de ascenso.

Con esta gestión, y con la paz social que vive el club, es fácil pensar que debería haber otra manera de plantear la entrada en el Consejo por parte de este grupo empresarial desconocido y por tanto sospechoso para la familia granate.Esta desconfianza en los propietarios de las conserveras Meañomar y Marabal se agudiza por el mutismo de los hermanos Manuel y Luis Abal.

La afición granate ya ha pasado, hasta llegar aquí, un calvario marcado por dos etapas en la ha estado al borde de la desaparición a causa de la elevada deuda provocada por unos dirigentes irresponsables. Tras dos procesos concursales, uno a finales de la década de los 90 llevada a buen puerto por el entonces presidente Gerardo Lorenzo y más recientemente otra con Mauricio Rodríguez para solventar la pésima gestión de Nino Mirón que dejó una deuda de cerca de 4 millones, el club ha logrado salir a flote, y eso a pesar del antecesor de Lupe Murillo, José Manuel Fernández con sus contratos blindados a su hijo y a Milo Abelleira, éste último reclamando en el juzgado al club la friolera de 140.000 euros.

La gestión de Lupe Murillo ha devuelto la tranquilidad a la entidad granate. Con la situación actual, cumpliendo objetivos en lo económico y en lo deportivo, el Pontevedra lo que no necesita precisamente son nuevas aventuras que nadie sabe a donde podrían llevar a este histórico club que acaba de celebrar su 75 aniversario. Por eso esta alternativa mejor dejarla en conserva.

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