Que una fuente de berberechos arruíne una costosa investigación científica de dos años parece el argumento de una broma pesada y cutre pero, como siempre, la realidad del 28 de diciembre ha superado la ficción.
La "inocentada" ha supuesto un duro varapalo a los mariscadores de Arousa, Vigo y Pontevedra porque el robo de los mil ejemplares de una batea de Cambados les va a costar otros dos largos años de espera contra el parásito marteilia cochillia que continúa exterminando por inanición al berberecho.
Del marisqueo viven en Arousa miles de familias que tenían fundadas esperanzas en los resultados de la investigación que desde 2014 se llevaba en el Centro de Investigacións do Medio Mariño (CIMA) en busca de un berberecho resistente.
Los avances en los trabajos ya empezaban a vislumbrarse y de hecho los ejemplares sustraídos formaban parte de la segunda generación, es decir, en términos coloquiales, eran los "nietos" de aquellas primeras semillas que salieron del vivero de Corón.
Cierto que no se ha perdido todo porque los científicos han ido anotando el comportamiento mensual de cada uno de los cuatro lote, y ya solo faltaban las conclusiones que se obtendrían en la visita de diciembre.
Los resultados que se buscaban eran claves en este momento pues se había alertado de un repunte estacional del parásito en Os Lombos y O Sarrido por lo que resultaría muy interesante conocer la supervivencia de los berberechos-cobaya en este momento.
Esa intención quedó finalmente frustrada por unos desaprensivos que ni le dan importancia alguna al trabajo de los demás, pero que sobre todo le han dado una dura bofetada a muchos de sus familiares, amigos y vecinos que también viven del mar pero de una forma honrada.
Aunque ahora ya no queda más que la resignación si conviene hacer una nueva llamada de atención contra estos sabotajes de tan baja estopa porque hoy es la frustración sobre el estudio del parásito del berberecho pero mañana puede ser otro relativo a la salud pública. Y ni con una ni con otra cosa se juega. La pena es que una cámara no haya grabado a estos delincuentes para que puedan recibir un escarmiento.
