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Todos con el Área

No se discute la evidencia de que el Área Metropolitana de Vigo adquiriendo definitiva carta de naturaleza nos acercaría al rango de capital provincial. Asumida esta premisa, es exigible que todos los implicados aúnen esfuerzos para la consecución del objetivo final y sin anteponer intereses partidistas.

Por eso, cuando dando luz verde a la constitución del ente, se logró un generalizado consenso, lo celebramos con alborozada satisfacción y sin la mínima sospecha de que tal consenso estuviese condicionado por los objetivos preelectorales de los inminentes comicios autonómicos. Parece ser que pecamos de ingenuidad.

Ahora, poniéndonos en el fiel de la balanza y rindiendo culto a la imparcialidad, debemos señalar el sorprendente posicionamiento del PP vigués, que desmarcándose de sus propias convicciones, llega al despropósito de abandonar una singular organización que defendió y ayudó a diseñar su propio partido.

La incongruencia es palpable, pero en lugar de reconocerlo, parecen no pararse en barras e incluso se codean con los posicionamientos antisistema de Podemos y sin apearse del "no, es no", se van de la institución. No es un buen camino. Nunca nadie dijo que el arranque iba a ser fácil, más bien lo contrario. Pero nada se arregla con el rupturismo.

Oponerse por sistema es una irresponsabilidad vejatoria para los ciudadanos que democráticamente les han elegido; oponerse sensatamente llevando por bandera el diálogo negociador es un derecho y una obligación que, en este caso, debiera impedir que un partido fundamental quede marginado de los órganos de gobierno del nuevo ente. Tal talante negociador cumpliría con los postulados y disciplina del partido, porque en una legislatura complicada como la actual, con un gobierno minoritario, el presidente Rajoy reitera a diario su oferta de diálogo negociador, cuya actitud dice compartir a pies juntillas el presidente de la Xunta.

La crítica no trata de coartar la libertad de reivindicar discrepancias como las del transporte metropolitano, pero deberán dirimirse interiormente y por los cauces establecidos por la propia organización, sin que ello elimine la posibilidad de recurrir a la vía contencioso-administrativa, el instrumento que pactaron las partes en caso de desacuerdo, para que dé la razón a quien corresponda.

El PP deberá ser consciente de que el Área es ya imparable y de la que no puede estar ausente, porque le necesita, por lo que deberá retomar el sendero de la cordura, evitando una nueva estigmatización, al incidir en los posicionamientos negativos que durante años ningunearon Peinador, en clara contradicción con lo que en sus aeropuertos hacían sus correligionarios de Santiago y A Coruña. Desconocer la historia es candidatura para repetirla.

Porque la estrategia antisistema no es solución aplicable en la democracia, no puede ser sustento de un partido serio, como lo es el PP, que en Galicia supera al conjunto de formaciones rivales. Y por ello me atrevo a aconsejar a la señora Muñoz que se plantee una estrategia sensata que permita el apuntalamiento definitivo del Área Metropolitana y que superando la espantada le permita ocupar la vicepresidencia que acertadamente han dejado vacante los actuales mandatarios y que desde dentro pueda seguir defendiendo como corresponde sus principios con los argumentos de que disponga.

Una siembra que augura copiosos frutos. También para el PP.

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